Palestina, marcha atrás
Netanyahu ordena a su Gobierno más presión contra el terrorismo palestino
La última oleada de violencia en Cisjordania amenaza con romper una vez más los puentes entre el Gobierno israelí y la Autoridad Nacional Palestina, lo que desembocaría en un incremento exponencial de la violencia en la zona.
El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, ordenó ayer a las fuerzas de seguridad que aumenten la presión contra el terrorismo palestino para cortar una oleada de violencia que este fin de semana ha visto morir a dos israelíes más. Sus agresores fueron abatidos, al igual que otros dos jóvenes palestinos, de 18 y 13 años. Los heridos en enfrentamientos diversos por toda Cisjordania superan los 400. Oficiales del ejército declararon al diario Israel Hayom: “Si esto sigue así, nos obligarán a repetir la operación del 2002, o sea, la reocupación de Cisjordania”.
Netanyahu reunió al gabinete de defensa y manifestó que “esto es una guerra hasta el final contra el terrorismo. Hemos ordenado que se acelere la destrucción de las casas de terroristas, que aumenten las detenciones administrativas, que se aleje a los provocadores de la Ciudad Vieja de Jerusalén –a la que se ha prohibido entrar a los palestinos no residentes– y que se garantice la libertad de movimiento de los israelíes y habitantes de Jerusalén”.
En el 2002, carros de combate ocuparon las ciudades de Cisjordania salvo Hebrón y Jericó. A pesar de la protesta internacional, el entonces primer ministro Ariel Sharon señaló que la ocupación era necesaria para acabar con el terrorismo. El primer tra- mo del muro de separación no se terminó hasta el 2003. De los 73 ataques suicidas que se lanzaron contra Israel desde Cisjordania entre el 2000 y el 2003 se pasó a doce entre el 2003 y el 2006.
La tensión es muy alta en toda Cisjordania, especialmente después de la muerte anoche, a manos del ejército israelí, de dos jóvenes. En Tul Karem murió Otman Suliman (18 años) y en Belén, Abdel Rahman Abidala (13 años) de un disparo en el pecho.
La Ciudad Vieja de Jerusalén fue cerrada por la policía a la población palestina, tras una serie de apuñalamientos de judíos que este fin de semana acudieron a rezar al muro de las Lamentaciones con motivo de la fiesta del Sukot. El balance es de dos israelíes muertos y cuatro heridos.
Hamás hizo un llamamiento a la población para una tercera intifada. La Autoridad Nacional Palestina, de momento, mantiene la cooperación con Israel en materia de seguridad. Aun así, su presidente, Mahmud Abas, está tan debilitado que ni siquiera condena la violencia. Muchos palesti-
Soldados israelíes matan a un niño palestino de 13 años de un disparo en el pecho y a un joven de 18 años
nos le acusan de colaborar con Israel, especialmente los jóvenes que, bajo una situación social crítica, están dispuestos a arriesgarlo todo para matar israelíes. Estos palestinos acusan a Israel de ataques contra la mezquita de Al Qasa en Jerusalén.
El analista Avi Isajarov opina que la situación actual es fruto de la estrategia israelí de gestionar el conflicto pero no resolverlo. “Es el resultado del statu quo. A lo mejor, si hubiesen negociaciones de paz, también habría atentados, pero sin duda la decisión del Gobierno de no progresar en la mesa de diálogo con los palestinos tiene también un precio”.