Obama pasa a la ofensiva en Siria
EE.UU. arma a rebeldes e intensifica bombardeos para arrebatar Raqa al EI
Los escasos avances en la batalla de Estados Unidos y la coalición internacional contra el Estado Islámico (EI), y la entrada de Rusia en la guerra de Siria, han llevado al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a cambiar de táctica y pasar a la ofensiva con la determinación de arrebatar a los yihadistas el control de la ciudad de Raqa, de facto la capital del territorio controlado por la organización terrorista suní.
Obama ha ordenado por primera vez al Pentágono que facilite armas y municiones a grupos árabes rebeldes y contrarios al régimen de Bashar el Asad y también a las milicias kurdas, los aliados que se consideran más leales en la zona. Se trata de llevar a cabo una ofensiva militar sobre el terreno, apoyada por una ampliación de la campaña de bombardeos aéreos sobre posiciones yihadistas que, según funcionarios del Pentágono, van a cambiar la dinámica de la guerra.
Además de atacar al Estado Islámico en Raqa, la ofensiva occidental prevé que una considerable dotación de combatientes de la oposi- ción siria se desplieguen a lo largo de los cien kilómetros de la frontera con Turquía para impermeabilizar la zona y cortar todos los suministros que ahora le llegan al EI.
El general Lloyd Austin, jefe de las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio, ya anunció en una comparecencia ante el Senado que “aumentaremos el ritmo y nos centraremos en puntos clave de Siria”.
Los preparativos de esta ofensiva, revelados en primer lugar por el New York Times, se han conocido después de que el escenario bélico se complicara con la intervención de Rusia para proteger a su aliado, Bashar el Asad, y tras la acumulación de críticas a Obama en el escenario político estadounidense por la escasa contundencia de sus iniciativas, que, según los detractores del presidente, han propiciado el avance de los yihadistas sobre el terreno. Hasta la candidata demócrata Hillary Clinton se ha desmarcado de la estrategia presidencial, apostando por una actitud mucho más agresiva. “Yo personalmente sería partidaria de organizar una zona de exclusión aérea y corredores humanitarios para detener la carnicería”, declaró la ex primera dama, un planteamiento descartado por la Casa Blanca que obligó a replicar al presidente: “No es lo mismo ser presidente que ser candidato a la presidencia y eso lo sabe bien Hillary Clinton porque se ha sentado conmigo en la Sala de Situación cuando era secretaria de Estado”.
Obama no tenía más remedio que pasar a la ofensiva para evitar la imagen de debilidad frente al rival ruso, Vladímir Putin, pero también porque el plan estratégico de la coalición liderada por Estados Unidos se encontraba “tácticamente en punto muerto”, según palabras del jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Martin E. Dempsey.
La nueva ofensiva cuenta con la participación de entre 3.000 y 5.000 soldados árabes, que se añadirían a los 20.000 milicianos kur- dos. Instructores militares estadounidenses han llevado a cabo una selección de 200 comandantes árabes, que han sido rigurosamente entrenados y comprobada minuciosamente su lealtad a la causa antiyihadista.
Estados Unidos sostiene que su estrategia en Siria no ha cambiado por la irrupción de Rusia, pero el es- cenario bélico ha cambiado completamente. Aviones rusos violaron el espacio aéreo de Turquía (ver página siguiente) y 40 grupos insurgentes sirios han planteado una alianza contra Rusia e Irán, países que apoyan a Bashar el Asad, acusándoles de ocupar el país y atacar a civiles. El secretario de Defensa, Ashton Carter, admitió ayer en Madrid que Vladímir Putin “ha echado gasolina la fuego”.
La nueva estrategia supone sellar la frontera con Turquía y cortar los suministros al Estado Islámico