La Vanguardia (1ª edición)

Varapalo a las políticas de vivienda en Catalunya

Las “políticas regresivas” de las autoridade­s públicas incumplen los derechos humanos en materia de vivienda, según Amnistía Internacio­nal

- D. MARCHENA Barcelona

Amnistía Internacio­nal (AI), una de las organizaci­ones que más han alzado la voz contra el drama de los refugiados, no sólo en Siria, sino también en Ucrania, Iraq, el África subsaharia­na o el Sudeste Asiático, entre otros rincones del mundo, tampoco se olvida de los refugiados interiores, sobre todo de los afectados por los desalojos hipotecari­os. Esta organizaci­ón, premio Nobel de la Paz en 1977, denuncia que “las autoridade­s públicas de Catalunya han adoptado medidas deliberada­mente regresivas sobre el derecho a la vivienda, contravini­endo el derecho internacio­nal de los derechos humanos”.

El informe critica que la garantía constituci­onal a la vivienda es papel mojado en Catalunya y se suma así a otros documentos, en particular los elaborados por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Càritas o la Síndica de Greuges de Barcelona, entre otras institucio­nes. La investigac­ión de AI, Derechos desalojado­s (El derecho a la vivienda y los desalojos hipotecari­os en España), pone el acento en las situacione­s de Madrid y Catalunya porque “lideran los desalojos, mantienen grandes parques de viviendas vacías y han asistido al surgimient­o de movimiento­s sociales muy activos”.

AI ha identifica­do en ambas comunidade­s al menos cinco señales de alarma, “prohibidas por el derecho internacio­nal”: recortes del gasto público en vivienda: infrautili­zación de los recursos públicos disponible­s; reducción del periodo de calificaci­ón durante el cual la vivienda social sigue siendo un recurso público antes de pasar a manos privadas; venta de viviendas sociales a sociedades de inversión, y medidas regresivas en prestacion­es sociales. Se trata de una situación grave, añade el informe, “porque el parque público de vivienda en España es de los más reducidos de Europa”. También el gasto público en vivienda está aquí “por debajo de la media europea, y no ha hecho más que reducirse desde que comenzó la crisis económica”.

La sección española de Amnesty Internatio­nal critica la falta de “datos estadístic­os fiables sobre el problema de los desalojos”, aunque reflexiona sobre algunas cifras incontesta­bles. La Generalita­t, dice, tiene unas 14.000 viviendas sociales. El Ayuntamien­to de Barcelona, unas 6.000, a las que hay que sumar 2.000 más gestionada­s por oe- negés. Otros municipios también tienen viviendas sociales propias, pero estos números “son claramente insuficien­tes para responder a las necesidade­s de los más de 100.000 solicitant­es que hay en Catalunya, 72.000 en el registro de la Generalita­t y 28.000 en el del Ayuntamien­to de Barcelona”.

Catalunya invirtió 571,3 millones de euros en vivienda pública en el 2011, pero el presupuest­o dos años después fue de 152,3 millones, casi cuatro veces menos. La fundación Civio es una organizaci­ón sin ánimo de lucro que lucha por la transparen­cia informativ­a y la divulgació­n de datos fiables y contrastad­os a través de las nuevas tecnología­s. Según esta entidad, a la que cita Amnistía Internacio­nal, Catalunya gastó 25,74 euros por persona en vivienda y promoción de la construcci­ón de viviendas en el 2013 (31,76, en Madrid). En el 2008 la cifra destinada a este capítulo fue muy superior: 47,71 euros por persona (86,25, en Madrid).

En un momento de crisis y grave recesión económica en el que las políticas públicas destinadas a proteger y hacer efectivo el derecho a la vivienda eran más necesarias que nunca, Catalunya y Madrid han aprobado “políticas enfocadas a la austeridad que han supuesto un retroceso deliberado e injustific­ado en el cumplimien­to de su obligación respecto al derecho a la vivienda”. Aunque la Constituci­ón reconoce esta necesidad, concluye el informe, “ni el Gobierno ni las comunidade­s autónomas han aprobado leyes que desarrolle­n el contenido y significad­o de este derecho, ofrezcan garantías y permitan impugnar sus violacione­s”.

La inversión catalana en promoción de pisos sociales fue de 571,3 millones en el 2011; en el 2013, de 152,3 millones

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