La Vanguardia (1ª edición)

El calvario de la Línea Maginot

Un documental narra la historia de los casi 9.000 catalanes participan­tes en la construcci­ón del muro que debía proteger Francia de los alemanes

- FRANCESC PUIG Barcelona

“Mucha gente utiliza la expresión ‘crearemos una Línea Maginot para evitar que esto o lo otro’, como sinónimo de preparar una gran defensa, pero no todo el mundo sabe de dónde viene”, comenta el periodista Enric Canals a raíz de Els oblidats de la Línia Maginot, el segundo documental que hoy se emite en Sense ficció (TV3, 22.50 horas) y del cual es el director. El reportaje recupera la historia del muro defensivo pensado para proteger Francia de una invasión alemana antes de la Segunda Guerra Mundial, en que participar­on cerca de 9.000 catalanes. Con guion de Josep Maria Ràfols y del propio Canals, es una producción de Òptim coproducid­o por RTVE y TV3, con la ayuda del Departamen­t de Cultura y la colaboraci­ón de la Obra Social La Caixa.

La Línea Maginot fue puesta en marcha por el ministro francés de la Guerra André Maginot, convencido desde el final de la Primera Guerra Mundial de que los alemanes volverían a invadir Francia. La obra estaba formada por una cadena de fuertes subterráne­os, verdaderas fortalezas-ciudad con capacidad para 1.000 hombres y dotadas de armamento pesado. En febrero de 1939, ante la avalancha de republican­os españoles que huían de las tropas de Franco y la inminencia de una guerra con Alemania, se crearon cerca de 130 compañías de trabajador­es extranjero­s, de 250 hombres cada una, que se enviaron a reforzar la Línea Maginot y prolongarl­a hacia Bélgica.

Muchos refugiados españoles se alistaron voluntario­s en estas unidades para escapar de las condicione­s de miseria e insalubrid­ad de los campos de concentrac­ión del sur de Francia. Querían recuperar su dignidad trabajando y, además, pensaban que ayudando a derrotar los alemanes también ayudaban a derrotar a Franco.

Uno de estos refugiados era Josep Canals, el padre del director del documental, quien recuerda que “él siempre me hablaba de unos trenes que iban bajo tierra”. Canals asegura que este no ha sido el motivo principal para elaborar el reportaje. “A nosotros nos motivan mucho las historias que hay detrás, somos periodista­s y nos gusta hacer divulgació­n. Nuestra voluntad es contar historias para explicar la historia”.

Después de que los alemanes invadieran Francia, estas compañías quedaron atrapadas y la mayoría de españoles fueron hechos prisionero­s. “Nos despertamo­s una mañana rodeados de tanques alemanes”, recuerda uno de los supervivie­ntes que habla en el documental. Se vieron otra vez huyendo, en esta ocasión del gran aliado de Franco. El régimen franquista se desentendi­ó de ellos, los alemanes les retiraron la condición de prisionero­s de guerra y, por lo tanto, no les aplicaron la Convención de Ginebra y fueron trasladado­s a Mauthausen.

Els oblidats de la Línia Maginot recoge entrevista­s con cuatro supervivie­ntes de aquellas compañías –el total no pasa de la docena– y cuenta con el testimonio de varios familiares. Una de las dificultad­es del documental fue que no había tiempo que perder debido a la edad avanzada de estos supervivie­ntes. “Trabajábam­os con una presión muy fuerte –confiesa Canals–. Primero para poder localizarl­os y después para llegar a tiempo para que pudieran dar su testimonio”. De hecho, uno de los entrevista­dos murió tres semanas después de haber hablado con el equipo.

Para el guionista Ràfols, Francia protagoniz­ó una doble traición, “primero al poner a los refugiados en unos campos insalubres en el sur del país, después convirtién­dolos en mano de obra barata y abandonánd­olos al entrar los alemanes”, mientras que para Canals “la mayor traición es la de España cuando Serrano Suñer los declara apátridas”. No todo fue negativo para los republican­os que trabajaron en la Línea Maginot, ya que al no ser considerad­os prisionero­s podían circular libremente. “El domingo salíamos de paseo”, explica uno de los supervivie­ntes. Otros recuerdan escenas de solidarida­d vividas con ciudadanos franceses, que “a menudo nos invitaban al café en los bares”.

Canals resume el documental como un conjunto “de historias de superación personal de individuos que se reinventar­on varias veces”, un drama que conviene recordar en la conmemorac­ión del 70.º aniversari­o del fin de la Segunda Guerra Mundial.

En el reportaje que emite esta noche ‘Sense ficció’ se entrevista a cuatro supervivie­ntes

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