Valls arrasa en el debate sobre su gestión en la Cambra
El presidente logra un amplio respaldo con más de un 75% de los votos
No hubo sorpresas y Miquel Valls ganó por amplia mayoría el debate sobre su gestión al frente de la Cambra de Comerç de Barcelona. Valls acalló las voces críticas sometiéndose a una moción de confianza, que ganó por 40 votos a favor, cinco en contra, siete en blanco y uno nulo. Es decir, se impuso con más de un 75% de los votos.
Ha sido el primer gran pulso que ha tenido que afrontar Miquel Valls en los trece años que lleva al frente de la Cambra. Un grupo de 15 personas, encabezadas por el abogado Ramon Masià, forzó la celebración del pleno extraordinario de ayer. Su iniciativa contó de entrada con el apoyo de miembros de FemCat, la organización vinculada a las posiciones soberanistas de Artur Mas, que ayer sin embargo se mostraron bastante conciliadores con el presidente.
De hecho, el primer punto del orden del día, referido “al posicionamiento de la Cambra en el contexto político actual, se resol- vió en apenas tres cuartos de hora. Tras las intervenciones, entre otros, de Miquel Martí (Moventia) y de Ramon Carbonell (Istem), Valls reafirmó el compromiso de la Cambra en favor del derecho a decidir y siempre salvaguardando la independencia política de la institución. Además, Valls justificó su ausencia en el acto de la Pedrera que reunió a 30 organizaciones empresariales en favor del procès por entender que era un acto electoralista, lo que argumentó con la presencia en el mismo de la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, y candidata de Junts pel Sí.
Sobre la cuestión nacionalista no hizo falta votación. Y sólo hubo un pronunciamiento en contra: la de Ramon Masià.
Sin embargo, las mayores tensiones afloraron a continuación, con el rifirrafe entre Masià, por una parte, y Valls y el gerente, Xavier Carbonell, por otra. Masià insistió en que la situación económica de la Cambra es precaria y poco transparente, porque, entre otras cosas, se ha llevado a cabo un ERE mientras se contratan personas sin el preceptivo con- curso. Valls lo rebatió con datos –un documento de 40 páginas según algunos de los asistentes– y propuso liquidar el debate con una moción de confianza, con voto secreto y nominal. “Más democrático imposible”, dijo después Valls, que agradeció la confianza que le expresaron los miembros del pleno.
De los 68 miembros del pleno asistieron 57. Y cuatro, entre ellos el propio Ramon Masià, se marcharon antes de que se celebrara la votación. Por tanto, se emitieron finalmente 53 votos, y 40 fueron a favor de Valls.
Masià calificó lo ocurrido de “atropello”, dijo que había impugnado el pleno por celebrarse sin dar a conocer la documentación necesaria, y anunció que continuará batallando hasta conseguir un giro en la gestión. Su propuesta es que Valls sea sustituido por una comisión gestora hasta que puedan celebrarse las elecciones camerales.
Esas elecciones tardarán al menos un año y medio en poder convocarse, porque primero es preciso que se apruebe la ley catala- na de regulación de las cámaras, ya adaptada a la revolución que ha supuesto la supresión de las cuotas obligatorias. Pero para ello es necesario que exista un gobierno catalán, que elabore la ley y que la lleve al Parlament.
La intención de Miquel Valls es continuar al frente de la institución durante ese periodo de transición. Aunque ayer hubo calma en la cuestión soberanista, la tensión interna sigue latente, al igual que ocurre en Foment del Treball. A Miquel Valls se le reprocha su condición de vicepresidente de la Cámara de España, que lidera Josep Lluís Bonet, el presidente de Freixenet conocido por sus reiteradas declaraciones en favor del unionismo.
Valls decidió acallar a los críticos sometiéndose a una moción de confianza con voto secreto