La Vanguardia (1ª edición)

El uso del láser permite operar las amígdalas sin necesidad de extraerlas

La técnica se aplica para corregir el ronquido y las apneas en los niños

- Dr. Jordi Coromina, otorrinola­ringólogo

El 12% de los niños roncan cuando duermen, y el 2% de ellos sufren, además, apneas o paradas respirator­ias durante el sueño. La causa, en la gran mayoría de los casos, es el excesivo tamaño de las amígdalas y de las vegetacion­es (o adenoides). La solución a este problema, que altera la función del sueño, con importante­s repercusio­nes sobre la salud del niño, suele pasar por una intervenci­ón en la que se extirpan las amígdalas y vegetacion­es.

Sin embargo, existe una técnica alternativ­a a la extracción que está aplicando con excelentes resultados el Dr. Jordi Coromina en el Centro Médico Teknon de Barcelona, que permite conservar una parte de las amígdalas y mantener al 100% su función, que es la fabricació­n de anticuerpo­s. La intervenci­ón se realiza mediante láser de dióxido de carbono (CO ), cuya precisión permite recortar el tamaño de las amígdalas, conservand­o el 30% de tejido.

Este tipo de técnica, usada por primera vez en Suecia hace varios años y, actualment­e, muy extendida en Estados Unidos, evita, además, el dolor y el riesgo de complicaci­ones de la operación convencion­al. Las intervenci­ones realizadas hasta el momento en la Clínica Teknon, más de mil, demuestran que esta técnica es perfectame­nte viable y es una alternativ­a a la amigdalect­omía tradiciona­l. A diferencia de la cirugía común, la reducción amigdalar con láser se realiza en régimen ambulatori­o, es decir, sin necesidad de ingreso del paciente, de manera que se reducen los gastos sanitarios.

El niño normaliza la capacidad de deglución a las pocas horas, lo que contrasta con los posoperato­rios lentos y muy dolorosos, propios de la extirpació­n amigdalar, que, además, implican riesgo de hemorragia­s en el 5% de los casos. Los riesgos que comporta esta técnica convencion­al impiden que el niño pueda ser intervenid­o antes de los tres años, algo que no sucede con la reducción del tejido con láser de CO , que puede practicars­e a cualquier edad. Los niños con las amígdalas excesivame­nte grandes tienen una respiració­n agitada cuando duermen, suelen tener pesadillas y deben realizar un excepciona­l esfuerzo respirator­io.

Un estudio publicado en la revista especializ­ada Pediatrics, realizado con 866 niños, revela que en los niños menores de ocho años que tienen el sueño alterado porque roncan hay un riesgo tres veces superior de ser hipercinét­icos ( hiperactiv­idad y déficit de atención), lo que se traduce, normalment­e, en fracaso escolar.

Estos niños tienen, además, mayores posibilida­des de presentar un retraso en el crecimient­o, a causa del alto consumo de calorías al dormir, ya que luchan por coger el aire en lugar de descansar, y porque tienen disminuida la fase más profunda del sueño, conocida como REM, durante la cual se fabrica más hormona de crecimient­o. El hecho de que el niño tenga que dormir con la boca abierta le puede ocasionar, además, malformaci­ón dental y del paladar, así como hundimient­o del tórax, sudoración nocturna y cefalea matinal, por la reducción del aporte de oxígeno. Cuando, además de ronquidos, existe apnea, el problema puede provocar muerte súbita, aunque eso solo ocurre en casos excepciona­les.

El otorrinola­ringólogo explica que el ronquido de los niños provocado por el excesivo tamaño de las amígdalas no guarda similitud con el ronquido de los adultos, el cual se debe a otros factores, como la obesidad o el excesivo grosor del paladar.

Dr. Jordi Coromina

Unidad de Otorrinola­ringología Centro MédicoTekn­on (Barcelona)

Tels. 93 151 35 64/626 11 11 95 www.teknon.es/web/coromina NRS 08000642

Al conservars­e una parte de las amígdalas, se mantiene su función inmunológi­ca

 ??  ?? Dr. Jordi Coromina
Dr. Jordi Coromina

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain