Rajoy advierte que no perderá “ni un minuto” en satisfacer al secesionismo
El presidente promete que trabajará para “recomponer la fractura” en Catalunya
Mano tendida ante Catalunya, diálogo e incluso “pedagogía” para recuperar afectos, pero ni un paso atrás ante “el desafío ilegal del secesionismo” y total firmeza en defensa de la unidad de España. Mariano Rajoy dio ayer el pistoletazo de salida a su campaña del 20-D con una conferencia en el Foro ABC, donde, arropado por medio Gobierno y la cúpula del PP, además de notables del Ibex 35, se mostró contundente ante el proceso soberanista: “Trabajaré para recomponer la fractura que se ha abierto en el seno de la sociedad catalana, pero no perderé un minuto de mi tiempo en tratar de dar satisfacción a quien tiene como único norte la deslealtad y la desobediencia a las leyes que nos hemos dado entre todos”.
Mientras sea presidente del Gobierno –“y espero serlo algunos años más”, apuntó socarrón– velará por el cumplimiento de la ley. “Siempre he estado dispuesto al diálogo y voy a seguir estándolo, pero no para romper la soberanía nacional ni para liquidar los derechos y la igualdad de los españoles”. En el justo equilibrio: “Con sentido del deber y de la responsabilidad, pero también con sentido de la proporción y de la prudencia”. En definitiva, zanjó en su discurso, “colaboración desde la lealtad, encontrarán en mí toda; exigencias e imposiciones desde la deslealtad, ninguna”.
Ya en el turno de preguntas, Rajoy se revolvió contra el sambenito que se le ha colgado –“el famoso inmovilismo”, ironizó–, ante la cuestión catalana. Tras hablar con Artur Mas, dijo, se le plantearon dos opciones: “O aceptar el pacto fiscal, un sistema de concierto económico similar al vasco o al navarro, o aceptar un referéndum”. Su respuesta a ambas demandas fue un no como una catedral. “¿Es inmovilismo negarse a un pacto fiscal y decir que el modelo de financiación autonómica se tiene que discutir entre todos como hasta ahora? ¿Es inmovilismo negarse a autorizar un referéndum que afecta a la soberanía nacional?”, se preguntó. Pues si eso es ser inmovilista, él admitió que lo es. “Pero sinceramente creo que actué como debe actuar un presidente del Gobierno responsable”, justificó.
Ante Catalunya lo que sí hizo, explicó, fue lo más urgente e impor- tante para la ciudadanía: “Cuando llegamos al Gobierno, la Generalitat no se podía financiar”. Hoy ya se financia al 0%, resaltó. También aprobó el pago de proveedores o el FLA. “¿Pudimos haberlo hecho mejor?”, volvió a preguntarse. “Las cosas siempre se pueden hacer mejor”, reconoció. “Pero se ha actuado con prudencia, proporcionalidad y sentido común, sin abdicar de nuestras responsabilidades y sin renun-
LAS DOS OPCIONES DE MA S “¿Es inmovilista negarse a un pacto fiscal o un referéndum? Es responsable”
ciar a los principios básicos de la Constitución y la convivencia”.
A partir de ahí, auguró, “habrá que dialogar y recomponer puentes”. “Ahora –insistió–, hay que hacer mucha pedagogía y explicación. Desde luego, lo único que no hay que hacer es incumplir la ley y romper la integridad y la soberanía nacional y el principio de igualdad de
los españoles”. Entre lo que queda por hacer, señaló el corredor mediterráneo. Y Rajoy, al igual que ya han subrayado Susana Díaz y Pedro Sánchez, acusó a Artur Mas de tener “la mayor responsabilidad” en la situación actual de Catalunya.
Sobre el líder del PSOE, no obstante, mostró máxima desconfianza. “¡Estoy en prevengan!”, ironizó, tras recordar que Sánchez aseguró que “nunca pactaría con Podemos o con partidos independentis- tas”. Y ante la inminente cita con las urnas, lanzó uno de sus grandes mensajes electorales: “Está en juego seguir avanzando o retroceder, crecer o volver a la pesadilla que dejamos atrás”.
En clave interna, el líder del PP rehusó plantar cara a los últimos aldabonazos de José María Aznar –la procesión va por dentro–, pero expresó su disgusto: “No voy a polemizar con el señor Aznar, porque a lo que tengo que dedicarme es a convencer a los españoles de que es bueno que el PP continúe en el Gobierno”. Y no seguir dando aire a Ciudadanos, se pudo leer entre líneas.
Aseguró también, sin ninguna duda, que los casos de corrupción castigarán más al PP en las urnas que su gestión de la crisis. Admitió veladamente que el escándalo de Rodrigo Rato puede perjudicar su campaña. E incluso hizo un acto de contrición: “Quizá teníamos que haber sido más rápidos y diligentes”, asumió, en la lucha contra los casos de corrupción que han salpicado al PP.
Le preguntaron además qué quiere ser de mayor el gallego Alberto Núñez Feijóo y si, para empezar, irá en las listas de las generales. Rajoy lo dejó abierto, tras asegurar que aún no había hablado con él: “Todo el mundo quiere que sea candidato a la presidencia de la Xunta, pero lo más importante es escucharle a él”.