Detenido en París el hijo del etarra Josu Ternera
Agentes de la policía judicial francesa, en colaboración con la policía española, detuvieron ayer en París a Egoitz Urrutikoetxea, el hijo del veterano dirigente de ETA Josu Ternera, que tiene varias reclamaciones pendientes por terrorismo ante los tribunales galos. Un comunicado conjunto de los ministerios español y francés del Interior presenta al arrestado como “importante responsable” del aparato político de ETA. La nueva captura se produce dos semanas después de que fueran arrestados en Baigorri, en el País Vasco francés, los dos dirigentes principales de ETA, Iratxe Sorzabal y David Plá, como resultado de otra investigación conjunta de la policía francesa con la Guardia Civil.
Egoitz Urrutikoetxea, Harpea, estaba en la clandestinidad desde hace doce años ya que está acusado de formar parte de ETA y está condenado en rebeldía en tres ocasiones por los tribunales de París como miembro de la organización terrorista. La detención es el resultado de una investigación desarrollada de forma conjunta entre la Comisaría General de In- formación de la Policía Nacional con la Subdirección Antiterrorista (Sdat) y de la policía francesa, bajo el control del Tribunal de Gran Instancia de París. Urrutikoetxea comenzó su militancia política a mediados de los noventa como dirigente del grupo juvenil Gazteriak. En enero de 1997 fue detenido por primera vez en un control policial y fue encarcelado bajo la acusación de pertenencia a una aso- ciación de malhechores por lo que fue condenado en 1998. La policía francesa le acusa de haber sido el máximo responsable de una red de células creadas en el País Vasco francés que cometieron numerosos atentados.
El 17 de junio del 2003 fue detenido de nuevo, acusado de estar relacionado con ataques violentos cometidos en Francia, aunque quedó en libertad con cargos. Poco después huyó y pasó a la clandestinidad. La juez Le Vert dictó una orden de busca y captura contra Urrutikoetxea, en mayo del 2007, por asociación de malhechores, tras la aparición de sus huellas en diversos pisos de ETA. Los tribunales de París le condenaron en rebeldía en el 2008 y se le impusieron cuatro años de cárcel por el delito de asociación de malhechores con fines terroristas. Un año más tarde fue condenado de nuevo por el Tribunal Correccional de París a otros dos años de cárcel. La Corte de Apelación de París elevó más tarde la pena a 6 años de cárcel tras un recurso presentado por la fiscalía. El mismo tribunal le volvió a condenar en enero del 2010 a otros 4 años de prisión porque sus huellas seguían apareciendo en pisos utilizados por ETA.