La Vanguardia (1ª edición)

La madrina de Asunta declara que la niña no tomaba medicación

- Santiago de Compostela ANXO LUGILDE

Asunta no tomaba “absolutame­nte ninguna” medicación y tenía muy buena salud. Así lo aseguró ayer ante el jurado la persona con la que pasó la mayor parte del último verano de su vida, antes de su asesinato en la tarde del 21 de setiembre del 2013 en las afueras de Santiago. Esa persona era la madrina de la víctima, María Isabel Véliz Carril, que declaró ayer ante el jurado que juzga por asesinato a los padres de la niña, Rosario Porto y Alfonso Basterra.

El testimonio de la madrina era uno de los más aguardados, por la informació­n que podía aporta sobre la situación de la niña antes del crimen, pues Asunta pasó en su vivienda de Vilanova casi todo el mes de agosto, además de haber estado en su piso del centro de Santiago en junio, en el tiempo en el que Porto estuvo ingresada en el hospital por una crisis relacionad­a con el lupus que sufría .

“Estaba como un roble”, afirmó sobre la niña María Isabel Véliz, que compareció a última hora de la tarde de ayer, después de una sesión maratonian­a, que estaba previsto que se desarrolla­se sólo durante la mañana, pero se extendió durante todo el día.

La madrina de Asunta fue la última en hablar ayer. Contó que conocía de toda la vida a los padres de Porto y a ella, desde que nació. Sobre la niña precisó que en los últimos años de su vida la vio con menos frecuencia que cuando era más pequeña.

La cuestión de la salud resulta capital, porque Asunta fue drogada con una dosis tóxica de orfidal antes de ser asesinada y, según los investigad­ores, esa medicina le fue suministra­da en varias ocasiones antes de su muerte, lo que explica que acudiese sedada a clases de música. Sus padres sólo admiten haberle dado fármacos para una alergia, lo que según ellos justifica esos episodios.

Ante las preguntas del fiscal sobre si Asunta sufría una alergia, la madrina afirmó que había oído que las primaveras podía padecer alguna dolencia de ese tipo, al igual que sus padres.

“Conmigo no tenía ningún problema de salud. Comía como una lima”, dijo María Isabel Véliz durante su declaració­n, en la que contestó de forma directa. Sostuvo que era una niña feliz y que te- nia una buena relación con sus padres. La vio por última vez a finales de agosto, cuando sus padres fueron al piso que también tenían en Vilanova de Arousa y estuvieron con la niña, antes de que ella se fuese a una aldea cercana a Santiago, a pasar unos días con su cuidadora, quien comparece hoy.

La sesión de ayer estuvo marcada por las numerosas declaracio­nes de los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que llevaron el caso. Uno de los miembros de la Guardia Civil señaló que es muy llamativo que en los teléfonos móviles de los padres no hubiese ningún mensaje de Whatsapp del día del crimen ni de la víspera, pese a que usaban esa aplicación con frecuencia. Estos investigad­ores creen que los borraron, pero los agentes no consiguier­on recuperarl­os.

Otro agente afirmó que las imágenes de las cámaras de seguridad de Santiago muestran que no es cierto que Rosario Porto volviese a Santiago con Asunta como sostiene desde que cambió su declaració­n inicial y tuvo que admitir que la llevó al chalet de las afueras. Las grabacione­s muestran que ya volvió ella sola.

La Guardia Civil cree que los padres borraron sus mensajes del móvil del día del crimen y la víspera

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