Los bandazos del Madrid
Cuando se le pregunta por el estilo del Real Madrid, su presidente, Florentino Pérez, contesta como una bala que el estilo en Concha Espina es ganar. Por lo tanto el cómo, la forma, es una cuestión secundaria y el plenipotenciario madridista tiene manga ancha para cambiar de rumbo cada vez que pierde la confianza en un entrenador. No hay un patrón de juego que vaya pasando de un técnico a otro. No hay una continuidad. Es un equipo sin relato en el terreno de juego. Si en el fútbol el presente es lo único que importa, en el Madrid más que el presente es el hoy, el último partido, la última referencia. Esa búsqueda única del resultado provoca que cuando no se logra un marcador favorable emerjan de nuevo todos los fantasmas, como ha ocurrido tras el derbi del Calderón.
Rafa Benítez trató de quitarse en una entrevista en la cadena Ser la etiqueta de técnico defensivo y argumentó que en el Nápoles había batido los registros goleadores del club. Una verdad irrefutable, como lo es también afirmar que en su carrera ha sido un entrenador más propicio a apostar por lo que eufemísticamente se llama equilibrio que por un juego muy ofensivo.
Nadie puede decir ahora si el técnico madridista conquistará títulos en la casa que lo formó. De hecho su hoja de servicios se ha llenado de trofeos en casi todos los equipos en los que ha estado. Pero Benítez muchas veces ha tenido dificultades para enamorar al personal. En Valencia, pese a las dos Ligas y la Copa de la UEFA que llevó a las vitrinas, estuvo cerca de ser destituido. En el Liverpool logró una Champions de manera inverosímil, pero nunca
En el fútbol sólo importa el presente, pero en el club blanco ese presente sólo se resume en el último partido
triunfó en la Premier, en el Inter apenas duró media temporada y en el Chelsea actuó como bombero de urgencia.
El entrenador madrileño cuenta con una dilatada trayectoria y ya se sabe cuáles son las líneas maestras de su fútbol, un modelo que no tiene mucho que ver con el de Carlo Ancelotti y que se asemeja más al de Mourinho pero sin la agresividad antideportiva que exigía el portugués a sus futbolistas. El Madrid, con una Liga ganada de las últimas siete, vive con aquellas urgencias históricas que Menotti un día expuso en referencia al Barcelona. Como entonces hacía el club blaugrana casi cada temporada da bandazos en su proyecto, no tiene paciencia y busca el éxito por el que cree que es el camino más corto. Pero los atajos no le llevan a establecer una época en el fútbol, ni en la Liga ni en la Champions. Y es que para Florentino muchas veces el entrenador es un pañuelo de papel de usar y tirar. Mientras el estilo lo marque él y no los profesionales...