Los metales valen hoy la mitad que en el 2011 por la menor demanda de China
La transición de la economía china ha empezado. Y los metales están pagando las consecuencias. El informe del FMI difundido ayer constata que el gigante asiático ha emprendido un camino hacia un nuevo modelo económico. “El crecimiento de China va a seguir ralentizándose, aunque de forma gradual”, reza el estudio del organismo. China crecerá un 6,8% este año y un 6,3% el siguiente, en línea con las previsiones anteriores. La novedad es que el FMI empieza a cuantificar las repercusiones del aterrizaje chino. Y los metales van a pagar los platos rotos. El Fondo recuerda el tremendo peso de China en el consumo mundial de metales. A principios de los años noventa, oscilaba entre el 10 y el 20%. En la actualidad, los chinos absorben la mitad de la demanda global. Si China echa el freno, los precios de los metales pueden caer en picado.
En el 2011 se alcanzó el pico, gracias también al considerable aumento de las inversiones en el sector de la minería de los años anteriores. Desde entonces, tras el cambio de ciclo chino (y la consecuente desaceleración de su producción industrial) las cotizaciones se han fundido a más de la mitad. El hierro ha retrocedido un 73%, el cobre un 50%, el níquel (un 55%) y el aluminio un 50%. Sólo este año, desde el pasado mes de febrero, en promedio los precios han caído un 13% y acabarán este curso con un descenso del 22%. “Estamos en un punto crítico del llamado superciclo de las materias primas. Y los metales están el corazón de la economía mundial porque son los intermediarios entre la producción industrial y la construcción”, advierte el mencionado estudio del FMI.
Las repercusiones pueden ser de gran magnitud para los países productores. Y lo que llama la atención es que en la última década, la producción se ha movido del norte ha- cia el sur, mientras que el consumo se ha desplazado desde el oeste hacia el este. En el año 2002, los metales se exportan principalmente desde Canada y Rusia hacia EE.UU. o desde Australia hacia Japón, Corea o China.
Más de una década después el panorama ha cambiado radicalmente. En el 2014, la mitad de las exportaciones salen de Australia, Brasil y Chile hacia China, que lo acapara casi todo. Una ruta comercial privilegiada, pero que ahora va a poner en entredicho el modelo económico de muchos países emergentes.
Por poner un ejemplo, los metales constituyen hoy la mitad de las exportaciones de Chile, Mauritania
o Níger. “Todos estos países son muy vulnerables a las fluctuaciones de los precios de los metales”, señalan los economistas del FMI. Son las víctimas colaterales de la transición de la economía china hacia un desarrollo que dependerá cada vez menos de los metales y cada vez más del conocimiento.
El panorama en el futuro es alarmante para muchas economías emergentes de América Latina y África. El FMI pronostica “cierre de empresas mineras”. Asimismo, “la menor demanda y el exceso de oferta, debido a la actual estructura de costes, hará que los precios estén bajos durante un largo periodo”. No es oro todo lo que reluce.