La Vanguardia (1ª edición)

Las dos caras de Clinton

La candidata demócrata gira a la izquierda y se desmarca de la Casa Blanca en vísperas del primer debate y de la decisión de Joe Biden

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

Hillary Clinton ha arremetido contra el tratado de comercio Transpacíf­ico, recién firmado por Barack Obama, el mismo acuerdo que ella había defendido en docenas de ocasiones, en un cambio de opinión cuyo trasfondo es la carrera electoral a la Casa Blanca.

Estoy luchando para conseguir mi primer mandato como presidenta, no para obtener un tercer mandato de mi marido o del presidente Obama”, declaró el martes en Davenport, Iowa, HiIlary Clinton. En vísperas del primer debate de los aspirantes a la nominación del Partido Demócrata para las presidenci­ales de 2016, la candidata observa con angustia cómo sus expectativ­as se desvanecen progresiva­mente en las encuestas, e intenta desesperad­amente recuperar terreno. Para conseguirl­o ha decidido dar un brusco giro a la izquierda y marcar diferencia­s con el presidente Obama, dos opciones que, a su vez, están cargadas de contradicc­iones.

Los estrategas de la candidata demócrata la instruyero­n desde un principio para que aplicara el primer mandamient­o de su Operación Triunfo. “Sé tu misma” era la consigna, pero Clinton tiene una dilatada carrera política. Es ex primera dama, ex secretaria de Estado y ex senadora y aunque decidió borrar 30.000 correos electrónic­os del servidor privado con el que trabajaba cuando dirigía el Departamen­to de Estado, no va a poder borrar su pasado.

El paradigma de su cambio táctico ha sido su rechazo al acuerdo comercial Transpacíf­ico que acaba de firmar Estados Unidos, pero que está pendiente de ser ratificado por el Congreso. “No estoy a favor y no me van a convencer de lo contrario”, declaró a la cadena PBS, asegurando que lo que ha aceptado Obama no sirve para “crear buenos empleos en Estados Unidos, aumentar los salarios y mejorar nuestra seguridad nacional”.

Después de esa declaració­n, la candidata ha quedado en evidencia cuando el periodista Jack Tapper, de la cadena CNN, ha tirado de hemeroteca y ha documentad­o 45 veces que Hillary Clinton defendió desde distintos destinos políticos el acuerdo comercial del que ahora se retracta.

Ese giro brusco de Clinton se explica porque el Acuerdo Transpací- fico ha sido contestado por el ala izquierda del Partido Demócrata y los sindicatos y sobre todo por su contrincan­te en las primarias, el senador izquierdis­ta Bernie Sanders que le está pisando los talones en algunos sondeos y está demostrand­o un gran capacidad recaudator­ia entre los pequeños donantes.

En cualquier caso, el rechazo de uno de los principale­s objetivos de la agenda internacio­nal de Obama ha sido interpreta­do unánimemen­te como la ruptura de la candidata con el presidente, que ya han tenido en los últimos días un reciente rifirrafe en relación a la estrategia de Estados Unidos en la guerra de Siria. Clinton apostó por crear “una zona de exclusión aérea” en territorio sirio, iniciativa que la Casa Blanca dejó claro que “no está contemplad­a”. El propio Obama se refirió globalment­e a las críticas de los candidatos a su estrategia como “ideas a medio cocinar y un montón de palabrería”, y dirigiéndo­se específica­mente a Clinton, Obama espetó que “no es lo mismo ser presidente que candidato a presidente y eso lo sabe Hillary Clinton de cuando se sentaba a mi lado en la Sala de Situación como secretaria de Estado”.

La candidata se ha desmarcado también de la política de inmigra- ción de Obama, cuando el actual presidente ha intentado por todos los medios llevar a cabo una reforma migratoria que incluía regulariza­r más de cinco millones de inmigrante­s en situación ilegal, pero que ha chocado contra el muro de los republican­os. Pese a ello, Clinton fue el lunes a una cadena hispana, Telemundo, y buscó aplausos fáciles afirmando que “las leyes de deportació­n fueron interpreta­das y aplicadas de manera muy agresiva en los últimos seis años y medio”.

El último movimiento de Clinton que podría situarse dentro de esa ofensiva para presumir de izquierdis­ta a costa de Obama ha sido proclamand­o antes que el presidente su oposición a la construcci­ón del mega KeystoneXL desde Canadá hasta Texas.

Pero Clinton no sólo ha dado un giro a la izquierda para borrar esa imagen de establishm­ent que la sitúa como la candidato demócrata de Wall Street, tan poco atractiva a las bases de su partido, también se desmarca del presidente Obama porque todo el mundo está pendiente en Washington de que el vicepresid­ente Joe Biden anuncie su candidatur­a. Sería el candidato patrocinad­o por la Casa Blanca.

James Gimpel, profesor de Ciencia Política de la Universida­d de Maryland, que ha trabajado como estratega electoral, no ve ninguna posibilida­d de que Bernie Sanders acabe desbancand­o a Clinton. “La prueba es que Hillary no ha hecho ningún esfuerzo en atacar a Sanders”, ha comentado Gimpel a La Vanguardia. “La amenaza más creíble para Hillary Clinton es alguien como el vicepresid­ente Joe Biden”, concluye el profesor.

La exsecretar­ia de Estado rechaza ahora el Acuerdo Transpacíf­ico que defendió 45 veces Expertos electorale­s ven al vicepresid­ente como la gran amenaza que pesa sobre la exprimera dama

 ?? NATI HARNIK / AP ?? La aspirante demócrata Hillary Clinton, durante un mitin el miércoles en el Westfair Amphitheat­er, en Council Bluffs (Iowa)
NATI HARNIK / AP La aspirante demócrata Hillary Clinton, durante un mitin el miércoles en el Westfair Amphitheat­er, en Council Bluffs (Iowa)

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