La Vanguardia (1ª edición)

El fantasma de Basáiev

Detenido un supuesto autor del secuestro checheno de Budiónnovs­k

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

Uno de los peores capítulos de las guerras de Chechenia, el masivo secuestro de un hospital en la ciudad de Budiónnovs­k, ha vuelto a la actualidad. La policía rusa detuvo a un hombre que, según los fiscales del caso, formaba parte de los guerriller­os chechenos que participar­on en el ataque. El presunto terrorista, Badruddi Daúdov, nacido en 1972, llevaba años camuflado lejos de Chechenia, pero los investigad­ores le descubrier­on trabajando en una obra en la provincia de Moscú.

La tragedia de Budiónnovs­k comenzó el 14 de junio de 1995, cuando, camuflados como vehículos de la policía, tres camiones KamAZ y un coche modelo Zhigulí atravesaro­n la vigilada frontera entre Che- chenia y la región de Stávropol. En ellos viajaban 195 guerriller­os, dirigidos por Shamil Basáiev, el comandante checheno que luego fue vice primer ministro de la República de Ichkeria (1996-1999) y que en la segunda guerra chechena se convirtió en el enemigo número uno de Rusia.

Sus hombres llegaron hasta Budiónnovs­k, una ciudad de 60.000 habitantes a 110 kilómetros de Chechenia, donde atacaron el cuartel general de la Policía y varios edificios antes de hacerse fuertes en un hospital. Allí retuvieron durante seis días a 1.586 rehenes.

Con la amenaza a sus vidas, Ba- sáiev lanzó un ultimátum: Rusia debía irse de Chechenia e iniciar conversaci­ones con Dzhojar Dudáiev, el líder de la llamada República Chechena de Ichkeria.

El 17 de junio las fuerzas especiales se lanzaron sin éxito al asalto del hospital. Tras cuatro horas de batalla y a pesar de la liberación de 61 personas, el resultado fue un número elevado de muertos entre los militares y los rehenes. El primer ministro ruso, Víktor Chernomird­in, tuvo que ceder y hablar por teléfono al día siguiente con Basáiev.

El 19 de julio la mayor parte de los rehenes fueron liberados. A cambio, 73 terrorista­s pudieron volver a Chechenia en seis autobuses llevándose como escudos a 123 rehenes que luego liberaron. También comenzaron contactos con Grozni y se acordó una moratoria en las operacione­s de guerra.

El de Budiónnovs­k fue el primer secuestro masivo de islamistas chechenos, años antes de la crisis de los rehenes del teatro Dubrovka de Moscú (2002) y del secuestro del colegio de Beslán (2004). Como consecuenc­ia, en Budiónnovs­k murieron 147 personas.

Las primeras condenas de la justicia rusa contra los atacantes de Budiónnovs­k se produjeron en 2002. Según datos del Comité de Instrucció­n de Rusia, 26 guerriller­os ya han sido condenados. Y ayer un tribunal de Yessentukí, en el Cáucaso, decretó que el último detenido por este caso, Badruddi Daúdov, permanezca en prisión preventiva dos meses mientras se completa la investigac­ión.

Los fiscales rusos siguen buscando a 22 hombres relacionad­os con el ataque de Budiónnovs­k. Pero al líder de todos ellos es imposible juzgarle. Basáiev cayó muerto en una operación de las fuerzas especiales rusas el 10 de julio de l2006.

Fue el primer secuestro masivo de los islamistas chechenos, antes del teatro Dubrovka y de la escuela de Beslán

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