El héroe de copas
Stone, el aviador estadounidense que evitó un atentado terrorista en Francia, herido de gravedad durante una reyerta en EE.UU.
Spencer Stone, el aviador estadounidense que el pasado agosto evitó un atentado terrorista en Francia, se metió ayer jueves en una pelea y está gravemente herido.
Stone, de 23 años, había salido de copas con unos amigos por la zona de Midtown, en Sacramento, la capital de California. Poco antes de la una de la madrugada la policía recibió el aviso de una pelea. Había un herido grave, con puñaladas en los brazos y el torso. Era Spencer, que fue trasladado a un hospital militar. Los médicos dicen que su vida no corre peligro.
La policía aseguró que el altercado fue un incidente entre jóvenes que habían salido a pasárselo bien por esta zona del centro de Sacramento, conocida por su vida nocturna.
Dos hombres se dieron a la fuga en un Toyota Camry sin que pudieran ser detenidos.
A Stone le cambió la vida cuando a finales de agosto se subió al tren de alta velocidad Thalys que une Amsterdam con París. Cerca de Lille un joven de origen marroquí, Ayub al Khazzani, vinculado al movimiento yihadista internacional, se metió en el lavabo y empezó a montar un rifle AK-47 Kalashnikov. Stone oyó por casualidad cómo se montaba el arma. Se abalanzó sobre el terrorista y, con ayuda de dos amigos que lo acompañaban, lograron reducirlo.
Al Khazzani, que también iba armado con una pistola y un cuter, llevaba munición suficiente para haber cometido una matanza. Stone declaró que había actuado por un instinto de supervivencia. “Él estaba dispuesto a luchar hasta el final, y lo mismo nosotros”, manifestó.
A Stone lo acompañaban dos amigos de la infancia: Alek Skarlatos, miembro de la Guardia Nacional de Oregón, y Anthony Sadler, universitario.
Los tres habían crecido juntos en el área de Sacramento y habían decidido pasar unos días de vacaciones en Europa para celebrar que Skarlatos había terminado su servicio en Afganistán.
La heroicidad dio la vuelta al mundo. El Thalys iba lleno y, sin su intervención, hubieran muerto decenas de personas. El presidente francés, François Hollande, los recibió en el Elíseo y les impuso la Legión de Honor, la máxima condecoración posible. “Vuestro heroísmo –dijo durante la ceremonia– será una fuente de inspiración para todo el mundo”.
Antes de regresar a casa pasaron por Washington. El presidente Obama los recibió en la Casa Blanca. “Sois lo mejor de lo mejor de Estados Unidos”, les dijo. Luego fue el turno de las cadenas de televisión. Aparecieron en los programas de entrevistas de todas las franjas horarias. Todo eran aplausos y alegría.
Sacramento también los recibió como héroes. A principios de septiembre desfilaron por el centro de la capital. No faltó el confeti, las bandas de música, los coches descapotables y los carteles que destacaban el orgullo que la ciudad sentía por ellos.
A Spencer las cosas le fueron aún mejor. Destinado en las islas Azores, consiguió que la Fuerza Aérea lo enviara a la base de Travis, situada 64 kilómetros al sudoeste de Sacramento. Incluso entró en una terna para ser ascendido a sargento.
Mucho que celebrar, por tanto, en una noche de copas con amigos –un hombre y dos mujeres– y música por los bares y nightclubs de Midtown.
La pelea, como todas, empezó con insultos y empujones, hasta que un individuo sacó un cuchillo. Todos habían estado bebiendo, aunque ayer el ejército no quiso confirmar si Stone iba borracho. Los detalles de la reyerta no han trascendido, pero los vecinos aseguran que este tipo de altercados son muy frecuentes. “Jóvenes estúpidos que beben demasiado”, declaró el dueño de un estanco a Los Angeles Times.
Stone permanece hospitalizado en el US Davis Medical Center. Su familia ha agradecido los mensajes de apoyo que ha recibido.
Stone recibió varias puñaladas en el torso después de una noche de juerga en Sacramento