Corbyn elude su primera cita como asesor de la reina
Habría tenido que inclinarse ante Isabel II y jurarle lealtad
El morbo del asunto es descubrir si el líder laborista Jeremy Corbyn se arrodilla ante la reina o se limita a inclinar la cabeza de manera apenas perceptible, si le besa o no la mano, si jura solemnemente lealtad a la corona, o se le permite utilizar una fórmula alternativa, porque al fin y al cabo se trata de un republicano de toda la vida que no cree en la monarquía hereditaria, e incluso se ha marcado su abolición como un objetivo teórico a largo plazo. Pero habrá que esperar para descubrirlo.
Habrá que esperar porque Corbyn se ha excusado de participar en su primera reunión como miembro del Privy Council (organismo asesor de la reina) alegando un compromiso previo, aunque ha asegurado que atenderá en el futuro. Vamos, que ha ganado un poco de tiempo. Y no es que su ausencia se haya precisamente notado. De los más de 600 integrantes del consejo (todos los exministros y primeros ministros, arzobispos, lores, jueces, líderes de la oposición...), raramente se presentan a las citas más de cinco o seis. El quorum para que se pueda levantar acta es de tan sólo tres personas, además de la reina.
El Privy Council ( privy de privado, por el carácter secreto de sus reuniones) data de la época de los reyes normandos, y la misión teórica de sus integrantes es asesorar a la corona en cuestiones de guerra y paz, o en el ejercicio de las prerrogativas reales. Su importancia quedó notablemente reducida con el establecimiento de la monarquía constitucional, y en la actualidad tiene un papel rutinario, que consiste en poner el sello a nombramientos de ministros decanos de universidades, sheriffs en Inglaterra y Gales, y responsables de organizaciones caritativas. También ejerce como Tribunal Supremo de los territorios de ultramar y países de la Commonwealth que así lo desean, como es el caso de Barbados, Jamaica, Antigua y Barbuda, Tuvalu y Belice. Suele reunirse media docena de veces al año, y la última vez se limitó a fijar las fechas de las fiestas oficiales del año 2016, y a aprobar la emisión de monedas conmemorativas del centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial.
Los miembros del consejo tienen luz verde para recibir información clasificada de los servicios de inteligencia, aunque no tanta como el primer ministro. Y varias figuras del gobierno, el ejército y los servicios secretos han expresado su oposición a hacer extensivo ese privilegio a Corbyn, en vista de que no está de acuerdo con los ataques aéreos al Estado Islámico, no quiere saber nada de las armas nucleares, es más pro palestino que pro israelí, y ha mantenido buenas relaciones con Hamas y el Sinn Fein irlandés. “Es hora de que decida si es un político serio o de pacotilla”, comentó el político conservador Alan Duncan al enterarse de que el líder laborista había faltado a la reunión de ayer. Aunque, por otro lado, David Cameron tardó tres meses en presentarse a la primera y hacer su solemne juramento...
Los tories ven en el republicanismo de Jeremy Corbyn una mina de oro para sus intereses, en un momento de gran popularidad de la monarquía. La prensa de derecha se ha pasado semanas haciendo sangre del hecho de que no cantara el Dios salve a la reina en una ceremonia en la catedral de San Pablo, y esperan ansiosos la ceremonia de su inducción como miembro del Privy Council para ver si besa o no la mano de Su Majestad, se inclina o no ante ella y jura o no lealtad a la corona.
El consejo asesor de la reina tiene su origen en los tiempos normandos, pero hoy sus funciones son tan sólo rutinarias