Junts pel Sí se sume en la interinidad ante la incerteza de la investidura
ERC no compromete nombres en espera del desenlace de la negociación con la CUP
Nada está cerrado y todo es más temporal e interino que nunca. Ésta es, en la práctica, la situación en que se encuentra la coalición de Junts pel Sí, sumida en todos los frentes en la provisionalidad, en espera del desenlace de la negociación con la CUP y, en consecuencia, de cómo se cierra y con qué condiciones la investidura del presidente de la Generalitat. Y tanto están sus socios pendientes de cómo queda articulado el escenario político surgido del 27-S que sobre todo ERC no parece dispuesta a realizar ningún movimiento hasta conocer la radiografía general y completa del nuevo marco. Una circunstancia que, a la hora de la verdad, está retrasando y paralizando la toma de las primeras decisiones.
Es el caso, por ejemplo, del organigrama del grupo en el Parlament, que en principio tenía que ser definido y aprobado ayer. Los 62 diputados de Junts pel Sí se reunieron, efectivamente, pero del encuentro no salió ningún nombramiento ni ningún acuerdo, más allá del encargo a Jordi Turull (CDC) y Marta Rovira (ERC) de asumir, con carácter provisional y sin cargo alguno, las funciones de gestión y estructuración, de coordinación a fin de cuentas, del grupo. ¿A qué se debe el cambio de la idea inicial prevista? En función del pacto de coalición suscrito entre CDC y ERC, el presidente del grupo en el Parlament corresponde al partido de Artur Mas y el portavoz al de Oriol Junqueras, y mientras el primero tiene claro desde el primer momento quién ocupará el puesto –Jordi Turull–, el segundo no ha puesto aún oficialmente ningún nombre sobre la mesa.
El de Marta Rovira, de hecho, ha sonado tanto para el cargo de portavoz como para otro que, dentro de la alianza de Junts pel Sí, es también para ERC: el de presidenta del Parlament. Pero por ahora no ha sido confirmado ni para uno ni para otro, ni descartado para otras responsabilidades, dentro del Govern llegado el caso, que pudieran derivarse en función de cómo se acabe resolviendo el pacto de investidura del presidente de la Generalitat. La voluntad de ERC, en concreto, es no comprometer nombres hasta que todo el panorama esté clarificado, con la intención de jugarlos de una u otra forma en función de cómo quede finalmente el diseño institucional de la Catalunya surgida de las urnas del 27-S.
Una posición que deja en el aire no sólo la estructura interna del grupo de Junts pel Sí, sino también la confección de la mesa del Parlament –en la que aspira a contar con una mayoría de cuatro de los siete miembros–, y que afecta igualmente a otros frentes, como el relativo a la decisión sobre si repetir o
Turull y Rovira coordinarán de forma provisional el grupo en el Parlament mientras se prolongue el diálogo
no la fórmula de la coalición para las elecciones generales españolas del 20-D. Y una posición que es la evidencia más palpable de que la negociación con la CUP va para largo, como en realidad admitió el propio Raül Romeva a la salida de la reunión del grupo: “Las conversaciones avanzan al ritmo adecuado a la importancia del acuerdo que se negocia”. Un diálogo sobre el que las dos partes siguen manteniendo el hermetismo más absoluto, empezando por el mismo Artur Mas, que, dirigiéndose a los periodistas y deslizando los dedos índice y pulgar sobre sus labios, exclamó: “Muts i a la gàbia!”.
En donde sí habló el presidente de la Generalitat en funciones fue en un artículo de opinión publicado en la versión europea de la revista americana Politico, en el que, con el título “Catalunya es una oportunidad, no un problema”, reafirma el “compromiso para negociar y conseguir una transición gradual y ordenada hacia la independencia” y sugiere la conveniencia de poder contar en este camino con el apoyo de Europa: “La mejor manera de seguir adelante en este periodo de transición es con la mayor transparencia y con el conocimiento y apoyo de las instituciones de la Unión Europea”, subraya.