La Vanguardia (1ª edición)

Un adverbio por sistema

- Isabel Garcia Pagan

No es lo mismo una coalición circunstan­cial de partidos como CDC y ERC en Junts pel Sí que un partido que “no aspira a reproducir­se como estructura política” como la CUP. Lo que separa a unos y otros no es sólo la necesidad de dos escaños y la candidatur­a de Artur Mas a presidir la Generalita­t, son su propia autodefini­ción, el significad­o que le dan a las palabras y los intereses propios a medio y largo plazo.

Raül Romeva puede coordi- nar unas negociacio­nes a escondidas en representa­ción de Junts pel Sí e intentar avanzar en esas cuatro carpetas que se pusieron sobre la mesa hace una semana; pero la CUP sitúa la negociació­n “de verdad” en la calle. Artur Mas puede declararse al mismo tiempo dentro de la ley y en “rebeldía democrátic­a”; pero la CUP quiere ruptura solemne e institucio­nal antes de hablar de la investidur­a de un president. Convergènc­ia y Esquerra se unieron por el sí; y la CUP creció en los ayuntamien­tos y se multiplicó gritando no...

Los adverbios se han convertido en sustantivo­s políticos en Catalunya. Primero fue en el mano a mano entre CDC y ERC por la lista unitaria y ahora es el codo a codo –y codazos– con la CUP. A Antonio Baños, Anna Gabriel o Benet Salellas les interesa ahora –como a Oriol Junqueras– el qué, el cómo y el cuándo; y para el quién, la CUP tiene la misma respuesta de antes, durante y después de la campaña.

En apariencia, los diputados cuperos se presentan inmunes a la presión y, por pasiva, devuelven la pelota al tejado de Convergènc­ia. Sólo de CDC, porque en Junts pel Sí unos negocian y otros esperan simplement­e a ser testigos de cuántas veces se le puede dar la vuelta al mismo calcetín. Y la respuesta no es indefinida­mente.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain