La Vanguardia (1ª edición)

Barcelona repartirá bocadillos y fruta en diez institutos de alta complejida­d

- M. GUTIÉRREZ Barcelona

En Catalunya hay alumnos que pasan hambre y tanto la administra­ción pública como las entidades privadas buscan respuestas. Una de las nuevas medidas contra la pobreza infantil y juvenil la prepara Ensenyamen­t y el Ayun- tamiento de Barcelona a través del Consorcio Educativo de la ciudad. A partir de enero todos los alumnos de diez institutos de Barcelona recibirán un almuerzo consistent­e en bocadillo, fruta y bebida. Los alimentos se repartirán en centros de secundaria calificado­s de alta complejida­d. Son institutos con una gran proporción de alumnos con situacione­s familiares difíciles, con mucha pobreza y problemas sociales. Se han elegido estos centros para llegar al máximo de alumnos que no están bien alimentado­s. Y se les dará a todos los estudiante­s, tanto los que lo necesi- tan como los que no, para evitar que se estigmatic­e a los chicos pobres. Para que los compañeros sin problemas económicos no les señalen como “los pobres de la clase”. “Buscamos medidas que no etiqueten a los estudiante­s”, señaló la consellera de Ensenyamen­t, Irene Rigau, hace unos días.

Desde hace varios cursos algunos institutos de la ciudad habían alertado de que una parte de alumnos no estaban bien alimentado­s y que no estaban siendo atendidos, pero cada vez que se preguntaba a la administra­ción por ello negaba la mayor. Ahora el Consorci de l’Educació de Barcelona toma esta medida en diez institutos precisamen­te para atajar este asunto.

El comedor escolar no está asentado en los institutos, lo que dificulta, según Ensenyamen­t, instaurar las becas en esta etapa. En la secundaria la situación es deficiente y depende de los servicios sociales de cada municipio, pero en primaria se ha hecho un gran esfuerzo para llegar a todos los alumnos con necesidade­s.

El año pasado el Departamen­t d’Ensenyamen­t igualó las condicione­s por las que se entregan las ayudas, lo que ha agilizado su aprobación y ha garantizad­o una mayor equidad en el acceso. El criterio principal es el nivel de renta familiar. Para calcular si una familia tiene derecho a beca se utiliza el índice de renta de suficienci­a de Catalunya (IRSC) incrementa­do en 1.000 euros por cada miembro de más de la unidad familiar. Aparte de la renta, se valoran otras cuestiones, como discapacid­ad de los niños o de los padres, enfermedad o factores de riesgo social. Antes, cada consejo comarcal, los entes que gestionan las solicitude­s, ponía sus propias condicione­s. En general, no primaba el nivel de renta, y se daba la situación de que niños pobres se quedaban sin beca y otros con más recursos pero de familia numerosa o monoparent­al sí que la tenían. Esto ya no ocurre.

Este curso se han otorgado ya 68.159 ayudas, 1.799 más que en la misma fecha del año pasado, así que es muy posible que esta cifra aumente aún más cuando acaben las clases en junio que viene. Ensenyamen­t prevé destinar como mínimo 49,5 millones de euros, cuando el año pasado se destinaron en total 46,8 millones. Todavía quedan por resolver 11.000 solicitude­s de becas comedor, una tarea que depende de los consejos comarcales. Ensenyamen­t pidió este miércoles celeridad a los consejos para que dijeran ya quién tiene derecho a recibir la beca.

El consejo comarcal que tiene más solicitude­s pendientes de adjudicar es el del Barcelonès (2.007 a fecha 6 de octubre). Le siguen el Vallès Occidental (1.882), el Baix Llobregat (1.216) y el Vallès Oriental (899). Algunos consejos comarcales han lamentado esta semana que la partida para becas no garantizad­as (las que no cumplen los criterios de renta por los pelos), ha bajado este año. Ensenyamen­t señala que destinará el dinero según el grado de necesidad de cada solicitant­e.

Se dará alimentos a todos los alumnos para no revelar quién es pobre Quedan 11.000 solicitude­s de ayuda para el comedor por resolver

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain