Dos meses antes del crimen, Asunta dijo a una amiga que la quisieron matar
El juez corta el intento de volver a abrir la polémica sobre la mancha de semen
“Me han intentado matar”. Este fue el mensaje que Asunta le mandó a una amiga suya tras el incidente de la noche del 4 al 5 de julio, cuando según sus padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra, un agresor desconocido, encapuchado y provisto de guantes de látex entró en su habitación. La receptora del WhatsApp explicó ayer en su comparecencia por videoconferencia ante el jurado que no lo tomó en serio porque Asunta era muy “bromista”.
Este nuevo testimonio confirma que aquella noche de más de dos meses antes del asesinato de Asunta algo ocurrió, tal y como ha ido quedando claro a lo largo de las vistas que se celebran en el juzgado de Santiago dentro del proceso contra los padres la abo- gada Porto y su exmarido, el periodista Basterra, que están acusados de asesinato y se enfrentan a unas peticiones de entre 18 y 20 años de cárcel para cada uno.
El testimonio de la adolescente y el que dio el miércoles la madre de otra amiga de la niña muestran que Asunta contaba que había sufrido un intento de agresión, que la madre no llegó a denunciar.
Justo después de este misterioso suceso se produjo el primer caso de sedación de Asunta, pues fue a clase de música drogada, debido según los investigadores a las dosis de Orfidal que ya le estarían suministrando sus padres. Por eso sospechan que el incidente de la noche del 4 al 5 de julio pudo ser un ensayo o incluso un primer intento de asesinato.
También por videoconferencia declaró ayer el que fue durante un tiempo el tercer imputado del caso, un ciudadano colombiano residente en Madrid cuyo semen apareció en una mancha de la camiseta que llevaba Asunta cuando murió. Su imputación fue levantada una vez que se demostró que se había producido una contaminación en el laboratorio de la Guardia Civil, que estaba investigando a esta persona por un presunto caso de violación.
Esta semana el juez reprendió al abogado de Porto por referirse a esta persona como el “hombre del semen”. Ayer el apercibimiento lo recibió la abogada de Alfonso Basterra, Belén Hospido, al considerar que lo estaba interrogando “como si fuese un acusado más”. “Usted le está haciendo un tercer grado. No es acusado. Es testigo”, afirmó el presidente del tribunal frente a los intentos de la letrada de contrastar las declaraciones anteriores del ciudadano colombiano, que insistió en que nunca estuvo en Galicia. Su hermana y su entonces novia, ahora esposa, corroboraron su versión, que no pudieron confirmar dos trabajadores del centro comercial en el que dijo haber estado.
La comparecencia del testigo relacionado con la mancha de semen supuso la constatación de que las defensas no han conseguido que se implique en el crimen a alguna tercera persona. Al mismo tiempo, los testimonios de la amiga de Asunta y de una amiga de la madre sirvieron a las defensas para tratar de desmentir que a los padres les sobraba la niña, lo que según el juez instructor fue el móvil del crimen. Ambas testigos señalaron que Basterra y Porto tenían buenas relaciones con Asunta. “Era maravillosa. Tenía una relación maternal total”, declaró la amiga de la acusada.