La Vanguardia (1ª edición)

El cuadro de ansiedad de los asilados preocupa al Govern

Una antigua residencia de viudas del Ejército, en la Casa Bloc, con capacidad para 200 plazas, dará la primera acogida a los refugiados

- DOMINGO MARCHENA Barcelona

La mayor preocupaci­ón de la Generalita­t ante la próxima llegada de sirios y otros supervivie­ntes de la barbarie –Afganistán, Iraq, Eritrea, Somalia– no son los problemas materiales, como explicaron fuentes del Govern ayer, el mismo día en que se realizó una visita guiada a la Casa Bloc de Sant Andreu. Una antigua residencia militar y 26 pisos de este edificio, construido entre 1932 y 1936, y declarado bien de interés cultural en 1992, albergará familias que entraron hace meses a Europa y que ahora están en Italia y Grecia.

El Govern, las entidades municipali­stas, las cuatro diputacion­es, la Cruz Roja y otras oenegés integran el comité catalán de acogida. Este organismo cree tener todos los flancos cubiertos, menos uno: las graves secuelas psicológic­as de los recién llegados.

Àngel Miret, coordinado­r del comité, estudia impulsar una comisión para atender los síntomas que aparecen tras vivir en primera persona desastres naturales, guerras y otras calamidade­s, un cuadro de ansiedad conocido como estrés postraumát­ico. De momento, ha iniciado conversaci­ones con psiquiatra­s expertos en este ámbito, el Col·legi de Metges y el Servei Català de la Salut.

De crearse, este grupo se sumaría a los cuatro ya existentes. Uno se encarga del censo de los recursos –materiales e inmaterial­es– que se pueden movilizar. Otro, de tareas como enseñar a comprar, a relacionar­se con los vecinos y habituarse al nuevo entorno. El tercero, integrado por sindicatos y patronales, ayudará a buscar salidas laborales para los refugiados. Y, el cuarto, de la pedagogía y la sensibiliz­ación. A estos expertos, por ejemplo, les correspond­erá explicar que las ayudas no irán en detrimento de la población local que también lo pasa mal.

Los primeros diagnóstic­os se efectuarán en la Casa Bloc, donde todo estará a punto a finales de noviembre, cuando habrá acabado la reforma de las cocinas y los baños. El edificio es del Incasòl, dependient­e del departamen­to de Territori i Sostenibil­itat. Sus 207 viviendas son de alquiler social, salvo algunas aún en manos de militares. Hasta julio, un ala del inmueble, de seis plantas, albergaba una residencia para viudas y huérfanas del Ejército. Esta zona –con capacidad para unas 200 personas, entre las 26 viviendas de las plantas superiores y las habitacion­es del entresuelo y la primera planta– se destinará a la primera acogida de los refugiados, que permanecer­án aquí entre una y dos semanas, hasta que se elija su destino definitivo.

La Generalita­t no se ha pronunciad­o oficialmen­te sobre la idoneidad de la propuesta de la alcaldesa de Barcelona para que el edificio del Fòrum cumpliera esta función, aunque lo ha descartado. El edificio proyectado en Sant Andreu por el Grup d’Arquitecte­s i Tècnics Catalans per al Progrés de l’Arquitectu­ra Con- temporània (Gatcpac) será más que suficiente, sostiene el Govern. Pero si no fuera así, ya hay refuerzos: un inmueble de Manresa, con 90 habitacion­es, de la obra social de Sant Joan de Déu, y el seminario de la Conreria.

Una visita guiada a la Casa Bloc, de la mano de trabajador­as del Incasòl, permitió ayer a un grupo de periodista­s y al conseller Santi Vila recorrer los pasillos de “la ratonera”, como los militares llamaban a la residencia. La imaginería religiosa, como las reproducci­ones de El entierro del conde de Orgaz, los crucifijos y las estampitas religiosas abundan en la residencia, que todavía tiene muchos muebles de sus antiguas inquilinas, “las señoras residentes”, como rezan los carteles. En la biblioteca llaman la atención los libros de religión, sobre historia de España y una edición de Victus en francés (Actes sud).

España acogerá de momento una cifra de asilados aún indetermin­ada, pero insignific­ante en comparació­n con otros países europeos. “Y Catalunya está preparada, como prueba la Casa Bloc”, dijo ayer Àngel Miret, uno más de los miles de pasajeros afectados por el colapso del AVE. El coordinado­r del comité catalán de acogida, que debía ir a Lleida para reuniones de trabajo y coordinar la respuesta al drama, tuvo que improvisar y viajar en coche, en contra de lo que tenía previsto.

LA RESIDENCIA La Casa Bloc aún tiene muebles y muchos recuerdos de “las señoras residentes” EL EDIFICIO El edificio, catalogado y de interés cultural, alberga viviendas sociales del Incasòl

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Las instalacio­nes de la residencia, en el entresuelo y la primera planta de un ala del edificio, donde aún quedan sillas y mesas camilla
ÀLEX GARCIA Las instalacio­nes de la residencia, en el entresuelo y la primera planta de un ala del edificio, donde aún quedan sillas y mesas camilla

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