Catalunya postapocalíptica

Segon origen

Director: Carles Porta

Intérpretes: Rachel Hurd-Wood, Andrés Batista, Sergi López

Producción: España-Gran Bretaña, 2015.

Duración: 105 minutos. Ciencia ficción.

“L’Alba una noia de catorze anys, verge i bruna, tornava de l’hort de casa seva amb un cistellet de figues negres, de coll de dama, quan…”. Manuel de Pedrolo empezó Mecanoscrit del segon origen con estas imborrables palabras con ecos de Caperucita Roja. De inmediato sobrevenía la catástrofe, de la que Alba y Dídac sobrevivían al permanecer fortuitamente debajo del agua. En esta versión cinematográfica (ya hubo una serie televisiva de TV3, en 1985), el arranque pedroliano se hace esperar unos minutos, la actriz que interpreta a Alba (convincente Rachel Hurd-Wood) tiene diez años más y el origen del apocalipsis es ecológico y no bélico (o alienígena). Son algunas de las libertades que los guionistas (entre ellos el malogrado Bigas Luna, que había de dirigirla) se han tomado con respecto al texto original.

El resultado es a todas luces incierto. El primer tramo, el más eficaz, discurre plácidamente sin conflicto ni otra progresión dramática que la relación entre los dos protagonistas y sus anhelos de supervivencia. El “look” es ambicioso, el de cualquier película de ciencia ficción postapocalíptica de nuestro tiempo, con los efectos digitales recreando como Dios manda una Barcelona (y un Camp Nou) en ruinas. La aparición del personaje que interpreta Sergi López declina Segon origen hacia una suerte de thriller o pyschothriller metido con calzador, con secuencia de acción final precipitadamente resuelta. Queda el recurso de soñar qué “mecanoscrito” nos hubiera brindado Bigas Luna, homenajeado en pleno mar en una escena tirando a cursi.