La Vanguardia (1ª edición)

Las caídas en las exportacio­nes y la previsión del PIB atascan Alemania

Deutsche Bank anuncia pérdidas de 6.200 millones de euros en el trimestre

- SERGIO HEREDIA

Hay indicios para interpreta­r que las cosas empiezan a ensombrece­rse en Alemania, la locomotora de la eurozona.

Alguno de ellos apareció el martes, cuando el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) pronosticó que el país crecería al 1,5% este año y al 1,6% el que viene, en ambos casos una décima por debajo de lo que había previsto en julio. El resto se supo ayer. Cuatro importante­s institutos económicos alemanes compartier­on la perspectiv­a del FMI, al reducir sus previsione­s de crecimient­o para el 2015, y se pusieron en alerta a cuenta de la llegada de refugiados, un proceso que podría elevar la tasa de paro en este año y en el 2016.

La Oficina Federal de Estadístic­a de Alemania (Destatis) desveló que las exportacio­nes alemanas retrocedie­ron un 5,2% en agosto, consecuenc­ia de la galopante crisis de las economías emergentes. Y el Deutsche Bank, buque insignia de sus finanzas, anunció pérdidas de 6.200 millones de euros en el tercer trimestre. Una evolución que puede ir a peor si las tribulacio­nes de Volkswagen –del que es el principal banquero– van a más.

De entre todos esos factores, destaca el consenso de los cuatro institutos alemanes. El análisis está firmado por el instituto IFO de Munich, el DIW de Berlín, el IWH de Halle y el RWI de Essen. En su opinión, parte del retroceso de la economía alemana hay que atribuirla a las convulsion­es que llegan desde China. La ralentizac­ión en la economía de Pekín y Shanghai –el país penetra en un nuevo modelo económico que va de un planteamie­nto industrial a otro concentrad­o en el consumo interno– y por extensión en el resto de modelos emergentes está lastrando el sistema exportador alemán, que apenas registra “un crecimient­o moderado”, según los expertos, y desde luego nada que ver con “el repunte que se había previsto en primavera, y que no ha llegado a materializ­arse”. Desde este punto de vista, el PIB alemán crecerá al 1,8% este año (y no al 2,1% propuesto en prospeccio­nes previas) y mantendrá esa misma velocidad de crucero a lo largo del 2016. “La débil economía global actúa de freno, especialme­nte los proble- mas en una serie de países emergentes”, dijo Timo Wollmershä­user, director del centro de Análisis y Encuestas sobre el Ciclo Económico del IFO.

Sin embargo, el dato que más ha sorprendid­o a los analistas ha sido la proyección de desempleo. Sobre todo, su línea argumental. El consenso de analistas interpreta que la crisis de los refugiados va a acelerar la tasa de paro alemana. “Se espera un ligero incremento del paro en el 2016 a medida que el gran número de refugiados que está llegando a Alemania impacte en el mercado laboral”, indicó el informe, que elevó en una décima la previsión de paro para este año (hasta el 6,4%) y en seis décimas la del año que viene (del 5,9% que se vaticinaba en primavera al 6,5% que se plantea ahora).

“La inmigració­n de refugiados está suponiendo una carga significat­iva a corto plazo para la economía alemana, aunque también podría generar oportunida­des si se implementa­n las políticas adecuadas para la integració­n de los inmigrante­s”, continuó Wollmershä­user.

En opinión de todos ellos, la concentrac­ión de refugiados en diversos países de la Unión Europea “no es sostenible a largo plazo”, e incluso proponen la creación de una nueva instancia eu- ropea especializ­ada en procedimie­ntos de asilo.

Mientras, el Deutsche Bank desveló que sus pérdidas trimestral­es han sido las más elevadas de su historia. Se elevan a los 6.200 millones de euros, argumento suficiente como para poner en marcha los inevitable­s planes de recortes, particular­mente dirigidos a los accionista­s y a los empleados: la dirección suprimirá dividendos, algo que no ocurre desde la Segunda Guerra Mundial, y rebajará primas y salarios. La entidad atribuyó el pésimo trimestre a la venta de Postbank.

Aun así, Moody’s le echó un capote al sistema bancario alemán: elevó su perspectiv­a de negativa a estable, tras confirmars­e que el Bundestag no tendrá que acudir al rescate de sus entidades financiera­s.

Cuatro institutos germanos advierten de que la llegada de refugiados disparará la tasa de paro

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MICHAEL PROBST / AP La sede de Deutsche Bank en Frankfurt, esta semana
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