Una cesión de lujo
Por debajo de los cinco o seis primeros, hay mucha igualdad en la Liga, lo que de momento incluye a algunos de los equipos en apariencia más flojos, y buena parte de los encuentros tienen una decisión imprevisible. El Betis jugaba en casa tras dos victorias consecutivas; el Espan- yol, fuera tras perder dos partidos seguidos. En teoría, los sevillanos eran favoritos. Resultado: 1-3. Y, más importante que eso, notable partido de los de Sergio González.
Por ese misma igualdad, a menudo todo se decide por un pequeño detalle. Ayer, no. A no ser que se considere un detalle el hecho de que fuera finalmente el Espanyol, y no el Betis, el que consiguió la cesión del codiciado Marco Asensio.
Lo escribimos ya –y no tiene ningún mérito– el mismo día de su debut en Primera. El jugador del Real Madrid ( felicidades a los negociadores del Barça, que lo tenían prácticamente fichado) dio ayer tres pases de gol. De gol de verdad; de los tres que marcó el Espanyol. Uno de falta, otro en contraataque y el último en el área. Y pudieron ser cuatro, si a Caicedo (otro partidazo y tercer tanto en la Liga, después de marcar en los dos partidos de su selección) no se le va fuera por centímetros el remate en el 76, en otro servicio de lujo del exmallor- quinista, que posee la rarísima capacidad de sacar prácticamente de la nada una situación muy favorable. Me repito: Marco Asensio no es ya una promesa; será una de las estrellas de esta Liga.
Pero también fue una gran noche para Pau López, que acalló las estupideces que ha tenido que escuchar últimamente, mucho más allá de lo tolerable, de aficionados de su propio equipo (?). Otra muestra de que el Espanyol es un club medio o pequeño (de tamaño), pero con una desproporcionada capacidad de suscitar críticas internas.