Otro fracaso europeo
Cañete se sincera pero dice que la UE sí cumple con el recorte de CO2 para 2020
Cada vez parece más claro que de la conferencia sobre el cambio climático de París no saldrá un compromiso para evitar que la temperatura global se eleve más de 2º en el 2100.
Europa afronta con pragmatismo la recta final de las negociaciones de cara a la conferencia global sobre el clima que se celebrará en París en diciembre, considerada la última oportunidad real de evitar un recalentamiento del planeta fatal a finales de siglo. Conforme la cita se aproxima, más claro parece que no se sellará un compromiso para evitar que la temperatura global se eleve más de 2º en el 2100, como la comunidad internacional se propuso pactar tras el fiasco de la cumbre sobre cambio climático de Copenhague en el 2009.
La Unión Europea, firme impulsora del proceso, da por descontado que no se logrará promesas de reducción de emisiones de tal calado y dedicará sus energías diplomáticas y negociadoras a otro obje- tivo: pactar un mecanismo de control de revisión de emisiones para, cada cinco años, medirlas y animar a los países a elevar la ambición de sus políticas para trabajar a largo plazo en ese objetivo, revelaron fuentes comunitarias. Con los compromisos que hay sobre la mesa, se calcula que la temperatura global aumentará alrededor de un 3 grados Celsius. Aunque queda lejos del objetivo de los 2º, supondría una mejoría considerable respecto a lo que ocurriría si no se toma nuevas medidas: los expertos de Naciones Unidas anticipan una subida de la temperatura global de entre 4º y 5º. Países como Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos todavía deben concretar sus aportaciones para el periodo 20202030 por lo que –si hay acuerdo– todavía se espera una ligera mejoría en el cómputo total.
“Las contribuciones actuales nos llevan a los 3º, pero debemos hacer más. Necesitamos un acuerdo ambicioso en París que ponga al mundo en la senda de la reducción de emisiones”, defendió ayer el comisario europeo de Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, representante de la UE en las negociaciones. El acuerdo debe incluir, defendió, un objetivo a largo plazo de reducción de emisiones, un control regular de la situación para aumentar el esfuerzo y un sistema de medición transparente aceptado por todos. Arias destacó el cambio cualitativo que supone el enfoque de la cita de París respecto a Kyoto. El famoso protocolo sólo fue ratificado por 35 países que representaban el 30% de las emisiones globales, mientras que ahora son 151 los países, responsables del 90% de las emisiones actuales, los que participan en el esfuerzo.
Aunque los compromisos no son
Para evitar el caos del 2009, en la cita de París los líderes hablarán sólo el primer día y dejarán negociar a los ministros
vinculantes pero se están discutiendo como si lo fueran. La última ronda negociadora antes de la gran cita de diciembreen París (del 30 de noviembre al 11 de diciembre) se está celebrando esta semana en Bonn y ha comenzado marcada por la exigencia de los países en desarrollo de que se concreten las promesas de transferencia tecnológica y apoyo financiero para luchar contra el cambio climático y sus efectos. Para evitar que en la conferencia de París se repita el fiasco y el caos de la cumbre de Copenhague en el 2009, los líderes mundiales sólo han sido convocados para intervenir el primer día para dar un impulso político al proceso; luego, serán otros, los ministros y los técnicos, los que negocien a puerta cerrada.
La Unión llegará a París sacando pecho. Las emisiones de gases de efecto invernadero se redujeron en un 23 % en los Veintiocho entre 1990 y 2014, con lo que la UE va camino de sobrepasar la meta fijada para el 2020 (una reducción del 20% respecto al nivel de emisiones de 1990), de acuerdo con el informe de situación de la Agencia Europea de Medio Ambiente. “Es un día de buenas noticias”, celebró el responsable europeo de Clima y Energía, que destacó que esta mejoría se ha registrado en un periodo en que la economía europea creció un 46%, lo que “demuestra que la protección climática y el crecimiento pueden ir de la mano”.