Sospechosa muerte de una activista británica en el aeropuerto Atatürk

Lo único claro hasta ahora del caso de la muerte de Jacky Sutton, una activista británica que llegó a trabajar para la BBC como periodista, es que su cuerpo fue hallado sin vida en un aseo del aeropuerto Atatürk de Estambul. Y que sus amigos y allegados no creen la versión oficial ofrecida por Turquía según la cual Sutton se suicidó el pasado sábado, colgándose con los cordones de sus zapatos tras perder un vuelo. La autopista debería arrojar más luz.

Los hechos, según la versión oficial ofrecida por la agencia estatal Anadolu, son los siguientes: Sutton acabó con su vida en un servicio del aeropuerto después de no poder conectar con un vuelo hacia Iraq procedente de Londres. Sin citar fuente, Anadolu aseguró que se habría angustiado por no poder pagar el nuevo billete hacia Irbil, capital oficiosa del Kurdistán iraquí. Tres turistas rusos encontraron su cadáver su- jeto al gancho de la puerta de un baño en la zona de transbordo.

Esta versión, empero, hace agua si se tiene en cuenta que, como han indicado fuentes de la institución para la que trabajaba Jacky Sutton como directora en funciones —el londinense Instituto de coberturas informativas de guerra y paz, (IWPR)— el dinero no era problema. Además, según la misma fuente, los cambios de vuelo son frecuentes para este tipo de activistas. En uno de los bolsillos de la informadora, según la agencia turca DHA, se habrían encontrado 2.300 euros.

Sutton, según el Daily Mail, no sufría problemas psicológicos pero sí había tenido estrés postraumático después de ser arrestada como supuesta espía en África a finales de los ochenta. En todo caso, estaba acostumbrada a condiciones muy duras como especialista en Iraq, un puesto que ocupó después de que el director previo, Ammar Al Shahbander, fuera asesinado con un coche bomba en Bagdad el pasado 2 de mayo. Recientemente, Jacky Sutton había expresado su miedo de ser un posible objetivo del Estado Islámico.