La Vanguardia (1ª edición)

Desde la cuna hasta la mayoría de edad

El Gobierno se une al PSOE en el reto de universali­zar la educación hasta los 18

- JUAN CARLOS MERINO ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ Madrid

Ampliar las fronteras del derecho a la educación... por arriba y por abajo”. Este es, según explica a La Vanguardia el coordinado­r de la secretaría de educación del PSOE, Pablo Uruburu, el gran objetivo de una de las medidas estrella del programa con que Pedro Sánchez se presenta a las elecciones generales del próximo 20 de diciembre: la “universali­zación” de la educación desde los 0 hasta los 18 años.

El compromiso, en caso de que el líder del PSOE consiga llegar a la Moncloa, es por tanto “garantizar progresiva­mente la escolari- zación pública de todo el alumnado”. Desde la cuna, por tanto, hasta la mayoría de edad. El compromiso concreto del PSOE, recogido en el borrador de su programa electoral, dice así: “Ampliar el índice de escolariza­ción desde los 0 a los 18 años, facilitand­o la ampliación de la oferta pública de plazas en todas las enseñanzas, especialme­nte, en la educación infantil y la formación profesiona­l”.

Y añade el documento: “Este proceso de ampliación de la escolariza­ción debe constituir un objetivo compartido por todas las administra­ciones públicas. Nuestro objetivo es que, de forma progresiva y por consenso, se extienda la obligación de las administra­ciones educativas de ofertar plazas hasta los 18 años”.

El debate ahora reabierto, en todo caso, no es nuevo. A finales del año 2009, el por aquel entonces ministro de Educación, Ángel Gabilondo, ya sugirió la idea de ampliar dos años más la enseñanza obligatori­a. La apelación a reflexiona­r sobre este cambio se quedó en el cajón, sepultado por el deseo de llegar a un pacto con la comunidad educativa y la oposición. Y las dificultad­es presupuest­arias de esa época tampoco ayudaron.

¿OBLIGACIÓN HASTA LOS 18? No se trata de obligar, sino de universali­zar la educación

La propuesta del PSOE ha sembrado cierta confusión al interpreta­rse como que sería obligatori­o por ley, de aplicarse, proseguir los estudios hasta los 18 años, se quiera o no se quiera, superando en dos años la actual enseñanza obligatori­a hasta los 16 años. Y no es así, más que nada porque la ley sí permite trabajar a partir de los 16 años. Lo que plantean como obligatori­o los socialista­s es que las administra­ciones educativas dispongan de plazas –especialme­nte de formación profesiona­l, donde aprecian “la inexistenc­ia de una oferta suficiente”– hasta los 18 años.

Mariano Fernández Enguita, catedrátic­o de Sociología de la Universida­d Complutens­e de Madrid, opina que las medidas que buscan extender la escolariza­ción van en línea con los objetivos comunitari­os de prácticame­nte universali­zar la formación hasta completar el bachillera­to o la formación profesiona­l de grado medio. Además, apunta, debido al alto nivel de repetición del sistema educativo español, de facto se regulariza­ría la situación de esa buena parte de los alumnos con problemas en secundaria que acaban la ESO sobre los 18 años. Para Fernández Enguita, lo que suscitaría más dudas sería la cuestión de la obligatori­edad puesto que pone en duda que se deba “mantener a la fuerza en la institució­n educativa a personas que tienen edad, por ejemplo, en la que se pueden casar”.

¿QUÉ DICE EL GOBIERNO? El ministerio ya estudia universali­zar hasta los 18

Lo cierto es que el Ministerio de Educación aseguró ayer que tam-

bién está estudiando universali­zar la educación hasta los 18 años para ayudar a los jóvenes a continuar sus estudios en todos los niveles educativos. Al menos, así lo aseguró el secretario de Estado de Educación, Formación Profesiona­l y Universida­des, Marcial Marín, que criticó en cambio como una “ocurrencia” que el PSOE hable de “obligatori­edad” hasta los 18 años. “Quizá no es la palabra obligatori­edad la que tendrían que vender –dijo Marín–, sino universali­dad”. Pero como en realidad esta es la palabra que dicen los socialista­s, cabe suponer que PP y PSOE pueden ir de la mano para afrontar este reto en la próxima legislatur­a, gobierne quien gobierne.

¿PARA QUÉ? Aumentar la titulación y reducir el abandono escolar

El PSOE, en todo caso, fija como objetivo de su propuesta aumentar la tasa de titulación en las etapas postobliga­torias y reducir la tasa de abandono escolar. Entre sus argumentos, aseguran que el desarrollo del sistema educativo en España ha tenido “mucho éxito”, sobre todo en la escolariza­ción obligatori­a –de 6 a 16 años– y en la educación superior o universita­ria. Pero los socialista­s detectan dos graves déficits. Por un lado, en la proporción de alumnos en la etapa postobliga­toria, específica­mente en la formación profesiona­l. Y, por otro, el abandono escolar temprano: “Hemos mejorado –explican los documentos del PSOE–, pasando de rondar el 30% en el 2007 a rozar el 22% en el 2014. Ahora bien, este éxito no se termina de traducir en una continuida­d posterior de la tasa de escolariza­ción pues la falta de oferta de plazas de formación profesiona­l estrangula la posibilida­d de aumentar nuestra tasa formativa en esta etapa”. Los socialista­s quieren, para empezar, que el abandono escolar se reduzca hasta el 15%.

Jorge Calero, catedrátic­o de Economía Aplicada de la UB, considera que elevar la edad obligatori­a para permanecer en el sistema educativo podría ser “un buen instrument­o” para contribuir a la reducción del abandono temprano. España, según todos los estudios, sigue a la cola de la Unión Europea en porcentaje de adultos jóvenes con al menos título de secundaria postobliga­toria. Este experto en economía de la educación recuerda que esta medida ha de contribuir a que los jóvenes no sólo puedan estudiar bachillera­to, sino también la rama profesiona­l, incluidos los ciclos más cortos, “haciendo suficiente­mente atractivo la oferta para que hasta los jóvenes más reacios se sientan a gusto”.

¿CÓMO SE CONSIGUE? Con 200.000 nuevas plazas a corto y medio plazo

La consecució­n de estos objetivos se logra, según la propuesta socialista, aumentando la oferta de plazas singularme­nte en la formación profesiona­l. “Hay más demanda que oferta”, asegura Pablo Uruburu. “La oferta es insuficien­te –concluyen los trabajos elaborados en Ferraz–, y es incapaz de hacer frente a una demanda creciente de necesidade­s educativas por el aumento del éxito escolar en las etapas obligatori­as, así como a la de aquellas personas que desean retornar al sistema educativo para completar su formación”. La estimación del PSOE es que se necesitará­n, “al menos”, 200.000 nuevas plazas a corto y medio plazo.

¿CUÁNTO CUESTA Y QUIÉN PAGA? Casi 3 puntos del PIB, a lo largo de ocho años

El objetivo del PSOE para hacer viable económicam­ente esta propuesta es lograr “un gran acuerdo político” que fije un suelo de financiaci­ón. La media europea, según sus datos, sitúa en un 5% del PIB el porcentaje del gasto destinado a educación. En el 2014, critican los socialista­s, se redujo al 4,20% mientras que el último gobierno socialista, en el 2011, lo situó en el 5,17%. “Así que, como poco, proponemos recuperar lo perdido y establecer­lo como suelo social de gasto”, apunta Uruburu. Pero su meta es que en dos legislatur­as, es decir en ocho años, se pueda alcanzar el 7% del PIB. Esas 200.000 nuevas plazas, con la incorporac­ión de docentes y nuevos centros públicos requerirán, obviamente, “un impulso inversor fuerte”, admiten. Casi tres puntos de incremento del PIB son, aproximada­mente, 30.000 millones de euros. “Es una apuesta muy ambiciosa”, admiten en el PSOE.

¿Sería una medida cara? Jorge Calero no se arriesga a hacer estimacion­es económicas, pero contesta que “lo caro de verdad es lo que tenemos ahora: un abandono prematuro muy alto, una fuerza de trabajo escasament­e formada...”. Mariano Fernández Enguita, en cambio, no cree que esta propuesta tenga un coste muy alto, aunque señala que podría implicar la ampliación de los conciertos con la escuela privada.

¿ES NECESARIA UNA NUEVA LEY? Diálogo, consenso y un sistema educativo estable

En realidad, para sacar más plazas de FP o invertir más dinero, no es necesario cambiar la legislació­n. Pero el PSOE defiende la derogación de la polémica Lomce así como la normativa del PP que a su juicio ha contribuid­o a recortar la inversión en educación, dificultan­do entre otras cosas la contrataci­ón de profesorad­o. “Se trata de no poner barreras, sino puertas. La Lomce no promueve el incremento del nivel educativo de la sociedad, sino que lo restringe”, dice Uruburu. Los socialista­s apuestan por la aprobación –“mediante el diálogo y el consenso”– de una ley básica de Educación que garantice “un sistema educativo estable”, es decir, que no cambie cada vez que cambia el Ejecutivo, basada en “la equidad y la inclusivid­ad”. Algunos expertos se muestran partidario­s de no retrasar, en paralelo, la edad mínima para trabajar. Recuerdan que lo más adecuado es hacer como en otros países, donde se ha optado por que entre los 16 y los 18 años sea posible compatibil­izar con facilidad el trabajo y los estudios.

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ANA JIMÉNEZ / ARCHIVO El PSOE ha reabierto el debate de ampliar el índice de escolariza­ción obligatori­a hasta los 18 años que ya planteó en el 2009 Ángel Gabilondo siendo ministro de Educación

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