Los primeros asilados serán 50 eritreos
Llegarán a Madrid en los próximos días, procedentes de Italia; Catalunya aún no sabe cuándo recibirá a sus primeros contingentes
Ni sirios ni afganos ni somalíes, como se había dicho. Los primeros refugiados que lleguen a España en busca de protección internacional a raíz de la crisis que se vive a las puertas de Europa serán 50 eritreos, según fuentes de las organizaciones de ayuda a asilados. El pasado día 9 un grupo de otros 19 eritreos –14 hombres y cinco mujeres– viajó desde Roma con rumbo a Suecia. Estos otros 50 compatriotas forman parte del mismo contingente que aguarda en Italia a ser reubicado.
Llegarán a Madrid antes de los próximos 15 días. Serán acogidos por la Cruz Roja en pisos de la Comunidad de Madrid, aunque no se descarta que alguno pueda ir al País Vasco. De momento, Catalunya sigue aguardando. Pero los hechos dan la razón a la Generalitat y al Ayuntamiento, que han anunciado repetidas veces que esperan contingentes reducidos. Las dos administraciones continúan la puesta a punto de sus planes de acogida. Las obras para reformar las cocinas y los baños de un ala de la Casa Bloc, en Sant Andreu, que hasta el pasado mes de julio estuvo ocupada por una residencia para viudas de militares, siguen a buen ritmo y estarán acabadas antes de que finalice octubre. El Govern tiene previsto alojar allí inicialmente a los primeros refugiados que lleguen a Catalunya, mientras se evalúa su estado y se decide su destino definitivo. También los planes del Ayuntamiento avanzan. Unos y otros tienen una preocupación común: recalcar que los recursos que se destinen a los refugiados no irán en detrimento de las ayudas a la población autóctona que también lo está pa- sando mal por la crisis económica. Ese es, por ejemplo, el criterio para aceptar o no edificios que instituciones como la Iglesia ponen a disposición de las autoridades. La Generalitat ha rechazado pisos cedidos por vicarías si también podían ser utilizados para otras tareas de asistencia social. La consigna es aceptar sólo aquellos recursos no utilizados hasta ahora. Y a la hora de recursos no utilizados, la treintena de pisos de la calle Villarroel, en Barcelona, se lleva la palma.
Este bloque, destinado a viviendas sociales para jóvenes, permanece vacío desde el 2006, a raíz de un largo contencioso judicial, en cuyo origen está la duda de si el complejo arquitectónico se alza sobre una zona que debía ser verde. Vecinos de la zona lograron paralizar la adjudicación de los pisos, que debía hacerse por sorteo en febrero del 2007. El concejal de Vivienda, Josep Maria Montaner, propuso recientemente ceder el edificio a los refugiados sirios. El Ayuntamiento no se ha pronunciado sobre esta propuesta, pero ahora se ha sabido que no es la primera vez que un gobierno municipal medita dar una salida al bloque maldito. Durante el mandato de Trias también se intentó sin éxito alojar allí a familias desahuciadas.
El anuncio del Govern y el Ayuntamiento se confirma: los refugiados llegarán en grupos pequeños