La Vanguardia (1ª edición)

Resistenci­a ciega

- ESTEVE GIRALT Roquetes

Me puse a llorar”, recuerda Albert Giné de la primera vez que vio a Javier Fran, corredor invidente de pruebas de larga distancia. Tras ganar la trail del Aneto, en la distancia de 67 kilómetros, Albert presenció desde lo más alto del podio, con asombro, como Javier, ciego desde los 34 años, había conseguido cruzar la meta después de 14 horas de lucha; el ganador la completó en tres. “No me podía creer que hubiera pasado por los mismos lugares que yo. Conseguí su teléfono y le dije que quería ser su guía en el próximo reto. Así empezó todo”, cuenta Albert en su casa, en Roquetes (Baix Ebre).

El próximo desafío, le dijo cuatro años atrás Javier, de Barbastro, sería correr la Ultra Trail de la Serra del Montsant, con 4.000 metros de desnivel positivo y 101 kilómetros. “Tragué saliva y le pedí que se olvidara de todo y se dedicase a entrenar”, recuerda. El experiment­ado ultrafondi­sta, ex ciclista, explica que buscaba nuevos retos cuando topó con Javier. “Estaba colapsado de tanto competir. La idea de poder guiar un corredor invidente me daba lo que necesitaba: dejar la competició­n un poco de lado”, dice. “Pasé de competir para ganar a intentar acabar las carreras”, recuerda.

El primer reto que se acabaron marcando fue una prueba de 38 kilómetros, en la versión más accesible de la Ultra Trail del Guara. Se conocieron sólo un día antes de la carrera, en Alquézar. Albert llegó con un par de zapatillas; Javier había corrido hasta entonces con botas de montaña. Corrieron y Fran logró recortar casi una hora y media su anterior tiempo, completand­o la prueba en nueve horas. “La organizaci­ón aún no se lo cree”, recuerda Giné. Encantados, decidieron seguir.

“Javier se empezó a fijar objetivos y retos cada vez más elevados, quería correr una prueba de más de 100 kilómetros; todo se le quedaba pequeño”, recuerda. Casi un año después se citaron al fin en la Ultra Trail del Montsant (2012). Llegaron después de sufrir lo indecible durante 22 largas horas por la montaña, en un día con mucha lluvia. Para Javier fue su primera gran ultra finalizada. “Lloré en carrera, me demostró lo que se pude hacer con sacrificio. Fuimos al límite, con angustia, con niebla... fue una lección fabulosa”, agradece Albert.

A sus 51 años, Javier sigue corriendo largas distancias, siempre por el monte, para sentir, huyendo del asfalto. “Empecé a correr cuando me quedé ciego para patear lo que no puedo ver, para vivirlo, es una vivencia paisajísti­ca, de otro modo”, destaca, entusiasma­do. “Parece que sea él quien ve y yo el invidente, es increíble como patea los

El guía logró que el atleta invidente acabase una carrera de la dureza de la Ultra Trail del Montsant Albert Giné, ultrafondi­sta y guía, y Javier Fran, corredor invidente, han vivido juntos en las carreras de larga distancia la gloria y el desencuent­ro Tras no poder terminar la última prueba por falta de entrenamie­nto, han dejado de correr juntos

senderos, sus sentidos se multiplica­n: sabe cuando pasamos por un barranco, descifra árboles por el olor, hace cuerdas, escala o pasa por las crestas”, explica Albert, cerrajero de profesión, aún hoy impresiona­do.

Javier atendió ayer a La Vanguardia desde su casa, en Barbastro, recién llegado de la Ultra Trail del Montsant 2015, que se disputó el domingo. No consiguió finalizar al quedar fuera de tiempo en el tercer control, después de 38 kilómetros. Corrió con otro guía. “Sólo la he acabado con Albert”, dice. La pareja se ha separado. “Albert se ha decepciona­do un poco de mí”, añade Javier, sereno. El punto de inflexión se produjo en la Ultra Trail Estels del Sud, en Els Ports, la pasada primavera. Fran llegó con menos kilómetros de preparació­n en sus piernas de los previstos y sus problemas físicos obligaron a la pareja a abandonar, después de mucho padecimien­to compartido. “Fue un final bastante triste; pasé miedo y rabia viéndolo tumbado en la carretera por falta de fuerza.Sabe que tiene una discapacid­ad, pero no puede afrontar según qué cosas sin entrenamie­nto, y menos para hacer una ultra trail; son palabra mayores”, lamenta Giné. “Salía de una lesión larga de rodilla y me había preparado bastante poco, confiaba en la fuerza mental, en las ganas”, admite él.

El futuro dirá si esta pareja increíble, de cuento, repite. “Parece que le ha servido de algo, este año acabó una cien kilométric­a; me alegra profundame­nte, es capaz de hacer cosas fantástica­s. Javier me ha dado mucho, creo que ha sido mutuo”, apostilla Albert. “Con él adquirí mucha más capacidad para moverme con cierta velocidad por terrenos abruptos. Albert ha sido muy generoso conmigo. El periodo de hacer cosas juntos quizás haya quedado cerrado. Yo estaría encantado de volver a correr con él”, se despide con emoción Javier, que seguirá corriendo, por ahora con otros guías.

 ?? RAMON ARAGONÈS / CEDIDA
Unidos. ?? Giné guiando en carrera a Fran, ciego desde los 34 años, que se orienta en la montaña tras haber desarrolla­do gran sensibilid­ad en
los pies
RAMON ARAGONÈS / CEDIDA Unidos. Giné guiando en carrera a Fran, ciego desde los 34 años, que se orienta en la montaña tras haber desarrolla­do gran sensibilid­ad en los pies

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain