Colonial invertirá 1.500 millones en cinco años
La firma atesora un crédito fiscal de 1.000 millones
Inmobiliaria Colonial presentó ayer el plan estratégico de la compañía para los próximos cinco años, que incluye la previsión de invertir 1.500 millones de euros en la compra de edificios singulares. “No tenemos necesidad de comprar cualquier cosa: buscamos calidad”, aseguró el consejero delegado, Pere Viñolas, que recordó el modelo “creativo” que ha aplicado la compañía en sus últimas compras en Madrid y París, donde ha adquirido edificios bien ubicados, en operaciones fuera de mercado, para acometer su transformación como forma de crear valor. Como ejemplos, señaló, las recientes compras de dos edificios en las calles Estébanez Calderón y Príncipe de Vergara en Madrid.
Colonial celebró ayer su Investor Day, una reunión con inversores, por primera vez en Barcelona, donde reunió a los family offices nacionales y a grupos internacionales (el 60% de los asistentes, entre ellos grandes fondos que buscan oportunidades en España y que hoy estarán en el Barcelona Meeting Point).
La inmobiliaria prevé financiar su inversión principalmente con los recursos que produce su propia actividad (200 millones de caja libre cada año) y en un 40% recurriendo a deuda. “Queremos man-
tener la calificación de “investor grade”, que exige que la deuda sea sólo el 40% de los activos brutos” recordó Viñolas. Tras el crédito sindicado de 1.300 millones firmado a principios de este año con un pool de entidades financieras, la inmobiliaria ya tiene completa flexibilidad para invertir y capacidad adicional de endeudamiento, porque no tiene edificios hipotecados ni en garantía de créditos. La empresa tiene 55 edificios de oficinas, con un valor total de 6.400 millones de euros.
La firma, controlada por el grupo Villar Mir (15%) y el fondo soberano de Qatar, reconoció que ha estado estudiando la posibilidad de transformar su estructura societaria y convertirse en una socimi, sin que haya tomado ninguna decisión. Según su memoria, la compañía tiene ya una gran optimización fiscal, ya que acumula bases imponibles negativas de 4.000 millones de euros de los años de la crisis, y cerca de 1.000 millones de euros en cuotas deducibles en pagos futuros del impuesto de sociedades. “Las socimis tienen restricciones en tipos de activos de invertir y en la reinversión de beneficios. Hemos estudiado la opción pero a corto plazo no prevemos tomar ninguna decisión”, aseguró Pere Viñolas.