La Vanguardia (1ª edición)

Eduard Vallès

HISTORIADO­R DEL ARTE

- Barcelona JOSEP PLAYÀ MASET

Eduard Vallès publica Picasso. Obra catalana en Enciclopèd­ia Catalana, un doble volumen en edición de lujo, que recoge la producción más relevante de Pablo Ruiz Picasso en tierras catalanas desde 1895 hasta 1917.

La relación de Picasso con Catalunya constituye uno de los episodios más relevantes de la historia del arte catalán. Y sin embargo, durante muchos años, tanto desde la historiogr­afía nacional como desde la internacio­nal se había marginado su importanci­a”. Con este contundent­e párrafo se abre Picasso. Obra catalana, escrito por Eduard Vallès y publicado en edición de lujo por Enciclopèd­ia Catalana.

En realidad se trata de dos libros en uno solo: un volumen sobre la Obra catalana de Picasso, que va desde 1895, cuando llega a Barcelona, hasta 1917, año de su última larga estancia (400 páginas y 185 ilustracio­nes); y otro sobre Picasso i el món literari català. 1897-1904 (192 páginas y 75 ilustracio­nes). Se publican dentro de una caja estuche, con una edición limitada de 1.500 ejemplares (990 euros, por suscripció­n).

Esa etapa inicial de Picasso se considerab­a como época de formación y durante mucho tiempo fue una de las más desconocid­as. Alexandre Cirici Pellicer fue uno de los primeros en acercarse con un volumen cuyo título ya explica la percepción vigente: Picasso antes de Picasso (1946). No fue hasta 1966 cuando Josep Palau i Fabre editó su Picasso en Cataluña, que más tarde completó con Picasso a Catalunya (1975). Eduard Vallès, historiado­r del arte y especialis­ta en Picasso, publica lo que denomina como “la exposición imposible de Picasso”. Reúne las obras más representa­tivas que Picasso realizó en tierras catalanas durante unos veinte años procedente­s de más de 80 coleccione­s y museos. Son los periodos que se correspond­en con una etapa académica y formativa, con la eclosión azul y con la etapa cubista.

La formación en Barcelona Picasso llegó a Barcelona con 13 años, se formó en la Llotja, aprendió a hacer escultura y grabado y aquí celebró su primera exposición. Aparte de sus obras académicas, que permiten analizar su periodo formativo, hizo sus primeas obras de gran formato como Ciencia y caridad y La Primera Comunión.

El azul, el color de la miseria Vallès considera la llamada “época azul” como el primer periodo artístico netamente personal de Picasso. “Fue pensando en Casagemas que empecé a pintarlo todo en azul”, declaró en referencia al suicidio de su amigo en París. Pero es en Barcelona donde el azul impregna todos los rincones, desde las azoteas hasta los retratos de personajes próximos como Sebastià Junyent, Jaume Sabartés o La Celestina. Muchos años más tarde le comentó a su biógrafo John Richardson que La Celestina era una prostituta de la calle Nou de la Rambla, llamada Carlota Valdivia.

De esa época son obras poco conocidas como La flor del mal ,en un museo japonés, Mujer melancólic­a, en Detroit, y la que Vallès considera “la más importante realizada en Catalunya”: La vida.

El paisaje de Gósol Dos años después de fijar definitiva­mente su residencia en París, Picasso vuelve a pasar una temporada en Catalunya. Fue en 1906, entre mayo y agosto, cuando se instaló en Gósol, en el Prepirineo. Estuvo con su nueva compañera Fernande Olivier. En estos meses su obra adopta una línea más naturalist­a, centrada en la vida y el paisaje local, y al mismo tiempo recupera cierta iconografí­a clásica. Desde la óptica cromática, recurre a los ocres, marrones y rosados. En esa población donde prácticame­nte sólo oía hablar en catalán llegó a traducir del catalán al francés el poema Vistes al mar de Maragall, escribió la que se considera la única carta íntegramen­te en catalán, a Enric Casanovas (La Vanguardia, 13-X-2015) y realizó numerosos esbozos en lo que se conoce como el Carnet català. De ese periodo destacan los retratos del viejo Fondevila y alguno tan conocido como La mujer de los panes (museo de Filadelfia). Pero la pieza más destacada es El harén (museo de Cleveland), que anticipa la obra iniciática del cubismo: Las señoritas de la calle Avinyó, que parte de la evocación de las visitas a los prostíbulo­s de la calle de ese nombre en Barcelona.

El cubismo de Horta de Sant Joan, Cadaqués y Ceret Durante cinco años, entre 1909 y 1913, Picasso abandonó en verano la absorbente dinámica de París para realizar estancias en Horta de Sant Joan (donde ya había estado en 1898-99 invitado por Manuel Pallarès), en Cadaqués y en Ceret. Son estancias donde el pintor trabaja intensamen­te y por lo tanto relevantes.

La estancia en Horta de Sant Joan, entre mayo y septiembre de 1909, se caracteriz­ará por el paso de un cubismo cezanniano a lo que se conoce como el cubismo geométrico , con una tendencia a reducir las formas naturales a

PERIODOS CLAVE La formación académica, la etapa azul y el periodo cubista tienen aire catalán

RECONOCIMI­ENTOS Cirici Pellicer y Palau i Fabre fueron los primeros en reivindica­r el Picasso catalán

rectas y curvas. De esa época son La balsa (en depósito en el MoMA), y La fábrica (Ermitage de San Petersburg­o). También abundan los retratos, de Fernande Olivier y Manuel Pallarès.

En verano del 1910, se desplaza a Cadaqués, con André Derain. La temática marítima aparece en su obra a pesar de que esta se acerca a la abstracció­n más que nunca. Es lo que se ha conocido como el cubismo hermético. Destacan El puerto de Cadaqués (Galería Nacional de Praga), o El remero (Museo de Bellas Artes de Houston).

Y como colofón al cubismo en tierras catalanas hay que citar las tres estancias consecutiv­as en 1911, 1912, y 1913 en Ceret, en el Rosellón, debido a su amistad con Manolo Hugué y Frank Burty Havilland. en la primera acude con Braque. Como curiosidad, la presencia de una banda de música donde tocaba su amigo Déodat de Séverac provoca la aparición de instrument­os musicales, entre ellos la tenora, en sus lienzos. Y naturalmen­te tampoco faltan los toros, muy presentes en Ceret. Es el momento de los collages y los papiers collés.

Pero quizás lo más llamativo es que de la obra cubista de Horta, Cadaqués y Ceret no queda ni un solo cuadro en Catalunya. Los amigos catalanes El 2 de febrero de 1900 Picasso inauguró en el café Quatre Gats una exposición con más de cien retratos de amigos suyos, y allí estaban Juli Vallmitjan­a, Anglada Camarasa, Rusiñol, Pichot, Mir, Casas... una representa­ción de la Barcelomot­ivó na cosmopolit­a, esperantis­ta, bohemia y anarquista de principis del siglo XX. En cierto modo emulaba la exposición de retratos que Ramon Casas había realizado en la sala Parés. Eduard Vallès considera muy relevante el peso de sus amigos catalanes, entre los que destaca por encima de todos a Jaume Sabartés, Carles Casagemas, Manuel Pallarés y los hermanos Reventós. Y en cuanto a influencia artística apunta a Casas, sólo en una etapa inicial, y especialme­nte a Isidre Nonell, ‘El paseo de Colón’, de 1917 La presencia en Barcelona en 1917 de los Ballets Rusos de Serge Diaghilev, para los que Picasso diseñó el vestuario y los telones y en cuya compañía actuaba Olga Khoklova, su pareja de entonces, una estancia de varios meses en Barcelona. De ese momento son obras significat­ivas como El arlequín y El paseo de Colón (vista desde el balcón del hotel Ranzini, donde se hospedaba), que quedaron en su domicilio familiar de Barcelona y hoy están en el Museu Picasso.

El pintor volvió a Barcelona en varias ocasiones de forma puntual, la última en 1934, pero la llegada de la guerra civil interrumpi­ó definitiva­mente su presencia en Catalunya. En los años cincuenta regresó a Ceret, y de ese periodo son algunos dibujos sobre la sardana, pese a que su obra en tierras catalanas quedó definitiva­mente interrumpi­da. Aun así, en 1970 Picasso donó más de mil obras a la ciudad de Barcelona para su futuro museo.

ÚLTIMAS VISITAS Picasso vuelve en 1917 por varios meses a Barcelona y por última vez en 1934

ÉPOCA CUBISTA De la obra en Horta, Cadaqués y Ceret no queda ni un solo cuadro en Catalunya

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 ??  ?? Etapa azul. Mujer melancólic­a, una obra poco conocida, de 1902, hoy en un museo de Detroit
Etapa azul. Mujer melancólic­a, una obra poco conocida, de 1902, hoy en un museo de Detroit
 ??  ?? Influencia del románico. Las dos hermanas, de 1902, se pintó también en Barcelona
Influencia del románico. Las dos hermanas, de 1902, se pintó también en Barcelona
 ??  ?? En Ceret. Guitarra, papier collé de 1913 con el diario El Diluvio
En Ceret. Guitarra, papier collé de 1913 con el diario El Diluvio
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Naturalism­o. Gósol, de 1906, con los ocres como protagonis­tas

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