La Vanguardia (1ª edición)

Poblenou, capital de la escalada

Chris Sharma, uno de los mejores escaladore­s del mundo, transforma una nave en un rocódromo que aspira a ser punto de referencia internacio­nal

- Barcelona ROSA M. BOSCH

Hace algo más de dos años, los Mossos d’Esquadra desalojaba­n a más de un centenar de inmigrante­s que vivían en una nave de la calle Puigcerdà, en el barrio del Poblenou. Ahora, el california­no Chris Sharma, una estrella de la escalada en roca desde que era adolescent­e, ultima los preparativ­os para abrir muy cerca, en la calle Marroc, un rocódromo que aspira a convertirs­e en un centro de referencia internacio­nal.

Sharma tardó meses en encontrar en Barcelona el edificio ideal, un gran almacén que antes ocupaba una fábrica de semáforos, entre Puigcerdà y Maresme. Sus casi 1.600 metros cuadrados albergan una cafetería y el rocódromo, que se inaugurará el próximo día 11, y en un plazo de tres meses pondrá en marcha un gimnasio y una escuela de yoga.

Sharma, de 34 años, ha firmado varias de las rutas de máxima dificultad del mundo, entre ellas El Bon Combat (9b/9b+), en la Cova de l’Ocell, en Centelles, y La Dura Dura (9b+), en Oliana, junto a Adam Ondra. A los 14 años ya había ganado todas las competicio­nes juveniles e inició una etapa de viajes por el planeta hasta que en el 2007 se instaló en el pueblecito leridano de Sant Llorenç de Montgai, un paraíso para los amantes de este deporte y donde conserva una casa a la que se escapa siempre que puede.

“Catalunya es la capital de la escalada, a partir de octubre viene gente de todo el mundo, y yo quiero que Barcelona, este rocódromo, se convierta en el punto de encuentro de este colectivo”, explica Sharma mientras revisa los últimos trabajos en este recinto, pensado tanto para los deportista­s más experiment­ados como para los principian­tes. En el Sharma Climbing, así es como se llama, también se estrenarán películas, se presentará­n libros, se organizará­n exposicion­es y seminarios... “Queremos que seleccione­s nacionales hagan aquí sus entrenos y ofreceremo­s a los niños con pocos recursos que aprendan a escalar con nosotros. Deseo colaborar con la comunidad desarrolla­ndo programas sociales, como hago en California”, añade. Junto a Sharma están en este proyecto su pareja, Jimena Alarcón, y amigos de California, Vietnam, Venezuela y Alemania.

Tras seis años en Sant Llorenç de Montgai, cuenta Sharma que sintió la necesidad de regresar a California, donde diseñó y abrió un rocódromo en Santa Ana. Fue un breve impasse ya que al poco tiempo volvió a Catalunya, a Barcelona, donde Jimena, venezolana, tiene raíces y muchos familiares. El experiment­o ha sido ver cómo un hombre que necesita estar conectado a la naturaleza encaja en una ciudad. De momento, combina las salidas a la montaña, cada dos o tres días, con el rocódromo. “Ser empresario es mi gran reto, supone salir de mi zona de confort. He tenido mucho follón, los permisos del Ayuntamien­to, los arquitecto­s, los proveedore­s... ¡He hecho hasta 50 revisiones del diseño!”, señala mientras se despide del pintor.

“En Estados Unidos –añade– la

Sharma ha firmado varias de las rutas de máxima dificultad del planeta, entre ellas, La Dura Dura, en Oliana

escalada recibió un impulso con el boom de los rocódromos hace 20 años, todas las ciudades tienen uno. Creo que aquí puede pasar lo mismo, Barcelona tiene un gran potencial”. De hecho, el propio Sharma, en cuya familia no había afición montañera, empezó en este mundo en un rocódromo. Un amigo de su padre adivinó sus posibilida­des al ver al chico, con 10 años, trepar con suma facilidad por un árbol, en Santa Cruz, paraíso de surferos. Y allí empezó todo.

 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Chris Sharma, de 34 años, fotografia­do el pasado viernes en el rocódromo, todavía en obras, en la calle Marroc
LLIBERT TEIXIDÓ Chris Sharma, de 34 años, fotografia­do el pasado viernes en el rocódromo, todavía en obras, en la calle Marroc

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