Golpe al antisionismo
La justicia francesa prohíbe la campaña de boicot a productos israelíes porque “apela a la discriminación”
La campaña civil internacional de boicot, desinversión y sanciones contra Israel (BDS) ha sido declarada ilegal en Francia por una sentencia del Tribunal de Casación dictada el 20 de octubre contra activistas en Alsacia. Con esta sentencia Francia es el único país en el que la campaña BDS, que se inspira en el boicot contra el régimen racista sudafricano en los años sesenta, ha sido penalizada.
Conocida esta semana, la decisión judicial culmina una larga batalla legal de seis años entre dos organizaciones sionistas, el Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (CRIF) y la Liga contra el Racismo y el Antisemitismo (Licra), y las asociaciones de solidaridad con Palestina y organizaciones de izquierda y de derechos humanos que sostienen el BDS.
Los hechos se remontan a dos acciones realizadas en el 2009 y el 2010 por catorce activistas destacando piquetes en supermercados de la región alsaciana desde los que se llamaba a boicotear productos israelíes, en muchos casos importados de territorios ocupados. “Comprar productos importados de Israel es legitimar los crímenes en Gaza y apoyar la política llevada a cabo por el Gobierno israelí”, señalaban las octavillas repartidas. Los activistas fueron absueltos por un tribunal de Mulhouse en diciembre del 2011, pero sus adversarios apelación y obtuvieron una sentencia condenatoria en diciembre del 2013, sentencia ahora confirmada en última instancia.
“Que se sepa de una vez por todas: el boicot de los productos israelíes es ilegal”, señala una declaración de Pascal Markowicz, el abogado del influyente CRIF, que es una correa de transmisión de la política de Israel en Francia.
La llamada al boicot, que forma parte de una estrategia de aislamiento comercial, cultural y académica lanzada en el 2005 por 170 organizaciones no gubernamentales después de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya instara a Israel a “cesar inmediatamente” la construcción del muro en territorio palestino ocupado, es legal en EE.UU. y la mayoría de los países europeos. En Israel el castigo por apelar al BDS está pendiente de una decisión del Tribunal Supremo.
La sentencia francesa, que va a ser apelada ante la Corte Europea de Derechos Humanos, estima que el BDS “apela a la discriminación, al odio y la violencia contra personas o grupos de personas por causa de su origen, o su pertenencia a una etnia, una nación, una raza o una religión determinada”.
Los activistas de Alsacia han sido condenados a una indemnizaron general de 28.000 euros y a una multa de mil euros por persona, mientras desde otros lugares llegan noticias de prohibiciones y pleitos por el mismo motivo. En Montpellier el Ayuntamiento y la prefectura local han prohibido la instalación de puestos callejeros de la iniciativa BDS. En Toulouse, la rama local de BDS comparecerá el 9 de diciembre ante un tribunal por llamar al boicot a Israel el pasado diciembre.
Con estas medidas la justicia asume la tesis defendida por el presidente François Hollande y su primer ministro, Manuel Valls, de considerar como manifestación de antisemitismo la critica a la política de Israel. Para la Unión Judía Francesa por la Paz (UJFP), de carácter antisionista, la posición del Gobierno y de las últimas sentencias denotan “una posición que protege a los criminales de guerra”, señalaba un comunicado de esa organización divulgado el martes. Las actividades del BDS continuarán, con veinte acciones en todo el país previstas para este mes y una jornada nacional “contra los productos de las colonias en los almacenes franceses” prevista para ayer en 23 ciudades de Francia.
Francia es el único país que ha penalizado la campaña mundial de aislamiento comercial y cultural de Israel