La cuenta atrás de Mas Enric
Dentro de diez días los reclusos de Tarragona se trasladarán a la nueva prisión, seis veces mayor y con módulo para jóvenes y mujeres
Se pone en marcha una pequeña ciudad. A 13 kilómetros del centro de Tarragona, rodeada de bosque y muy cerca de la autopista AP-7, la nueva prisión de Mas Enric recibirá a los primeros 200 reclusos en diez días. En el nuevo centro penitenciario el trabajo es frenético. Se cierra la prisión más vieja de Catalunya –con permiso de la Modelo de Barcelona– y se abre la más moderna. Con 618 celdas y una capacidad máxima de 1.020 internos, Mas Enric es seis veces mayor que la actual prisión y, más allá de lo que implica una mudanza de estas características, supone un cambio integral de funcionamiento.
“¡Esto es muy distinto! Aquí hay mucho más espacio, las celdas son de dos personas... en Tarragona éramos cuatro como mínimo y aquí hasta se puede regular el agua caliente de la ducha”, destaca uno de los internos de tercer grado contratados por el Centre d’Iniciatives per a la Reinserció (CIRE) para trabajar en la puesta en marcha de Mas Enric. Desde el 7 de septiembre, él y otros tres reclusos han descargado 110 camiones (20 de gran tonelaje) con 19.000 artículos: desde el mobiliario a los colchones. Han tenido que distribuirlos por los módulos que ahora se ponen en marcha: tres de régimen ordinario (con 64 celdas cada uno), el departamento de jóvenes y mujeres (hasta ahora no las había en Tarragona) y los módulos asistenciales, de enfermería, ingresos y el departamento Especial. Faltan diez días y todo tiene que funcionar a pleno rendimiento el 24 de noviembre.
Mientras unos operarios acaban de instalar el arco de seguridad de la sala por donde entrarán las familias, otro repasa los cristales. En el patio de la prisión, la responsable de los talleres y el de movilidad se coordinan para compatibilizar horarios. Mientras, en la sala de formación, la jefa de programas de atención especializada prepara con tres grupos de educadores y psicólogos el trabajo que realiza- rán con los presos de Mas Enric. Los operarios de la limpieza y mantenimiento repasan hasta el último rincón. No puede quedar ningún objeto suelto al alcance de los futuros inquilinos.
“La estructura de esta prisión, nos permite adaptar los programas a las necesidades criminológicas de los presos; en Tarragona se aplicaban según su comportamiento y aquí podemos hacer otro tipo de intervención por módulos”, explica el director de Mas Enric, Francisco Romero, director de la prisión de Tarragona desde hace once años. Se han instalado más de 700 cámaras en todo el recinto. “No hay ningún rincón de este centro que no esté vigilado, salvo las celdas y las zonas donde hay que garantizar la intimidad de los internos”, añade Romero. Cada apertura de puerta queda registrada en la sala de seguridad, desde donde se
Internos de tercer grado trabajan, en el programa de inserción, en la puesta en marcha del nuevo centro
centraliza toda la información y puede bloquearse cada uno de los módulos.
Mas Enric (65.636 m2) no tiene nada que ver con la vieja prisión (9.829 m2). Más espacio y última tecnología. “Mi objetivo es que sea un centro sin tensión, potenciaremos los procesos de mediación para actuar antes de que los conflictos crezcan y se enquisten”, insiste Romero. Todos los funcionarios, 286 en total, han recibido (o recibirán a lo largo de esta semana), un curso básico de 25 horas como mínimo para conocer y familiarizarse con las nuevas instalaciones.
Los trabajos avanzan en paralelo y sin pausa: desde la finalización de las obras en sí hasta la operativa del traslado. Para agilizar la operación, esta semana llegarán a Mas Enric las pertenencias de los presos. Los Mossos coordinan el traslado de los internos, que irán llegando a Mas Enric el martes 24 a partir de las nueve de la mañana. “A media tarde ya estarán todos aquí”, dice Romero. En paralelo, se ha informado a las familias de los reclusos para no interrumpir el régimen de visitas. La prisión arranca con estos 200 presos y a partir de diciembre llegarán también internos de otos centros. En marzo de 2016 está previsto abrir dos módulos más y en el 2017 la cárcel funcionará a pleno rendimiento.