Alemania pierde fuelle y desacelera el crecimiento de la economía de la UE
El PIB de Europa sube un 0,3%, una décima menos que en el segundo trimestre
La leve moderación del ritmo de crecimiento en la Unión Europea ensombrece la perspectiva sobre el vigor real de la recuperación económica. La oficina estadística Eurostat anunció ayer que entre julio y septiembre el crecimiento de la producción se desaceleró, al registrar un incremento del 0,3% del PIB, frente al 0,4% del trimestre anterior. Tan modesto aumento hace que la economía en la eurozona siga creciendo a un 1,6% sobre el mismo periodo del año anterior, tres décimas más en la UE.
La evolución de los últimos seis meses en la eurozona es calcada a la experimentada por Alemania –con una tasa trimestral también del 0,4% y 0,3%–. La economía alemana ha sufrido especialmente el impacto de la crisis griega y la pérdida de empuje de las economías emergentes, encabezadas por China. El proceso de reequilibrio del gigante asiático, en busca de un mayor peso del consumo en lugar de la inversión, provoca fuerte incertidumbre en las expectativas exportadoras de Alemania.
BBVA Research ya señalaba esta semana en su último informe que las economías más avanzadas se estaban viendo afectadas por un menor apetito importador del mercado chino y eran incapaces de comun pensar la reducción del empuje económico del gigante asiático y otros países emergentes. Los analistas del BBVA estimaron además que la recuperación en la eurozona sigue adelante pero no se intensifica. Esperan que el 2015 se cierre con una subida del 1,5% del PIB, gracias a un consumo favorecido por “la reducción del precio del petróleo los bajos tipos de interés y la recuperación incipiente de los nuevos flujos de crédito privado”.
Mientras que la locomotora alemana muestra signos de desaceleración, se produce un repunte de otros países de la Unión Europea. Después de un segundo trimestre en plano, Francia experimentó una subida del 0,3%. Aunque con menor relevancia en el sistema productivo europeo, también crecieron con más fuerza Polonia –0,9%, una décima más que en el segundo trimestre–, Rumanía –1,4%, frente al 0,0%– y Bulgaria –0,7%–.
A pesar de haber moderado también su ritmo, España –0,8%– continuó creciendo en el tercer trimestre con mayor intensidad que la mayoría de los países miembros. Al tiempo, las dificultades de la economía griega no parecen tener fin ya que vuelve a terreno negativo (cayó 0,5%), después de dos trimestres de subida. Otros dos estados también vieron cómo se contrajo el PIB: Finlandia pasó del 0,2% entre abril y junio al -0,6% en el tercer trimestre, al tiempo que Estonia registró un -0,5%. Otro grupo numeroso de países, desde Bélgica pasando por Italia, Portugal o Gran Bretaña, experimentaron como Alemania una desaceleración en el pauta de crecimiento.
Mientras, el entorno internacional al que se enfrenta la UE se va complicando. Los inversores esperan una nueva oleada de ventas en el sector de las materias primas y el petróleo, como consecuencia de la creciente falta de apetito de China. El cobre, considerado un barómetro del crecimiento mundial por sus usos industriales, ha caído por debajo de la barrera de los 5.000 dólares por tonelada. El petróleo, cuyo precio ha bajado un 20% desde el repunte que experimentó en octubre, ha caído por debajo de los 45 dólares por barril, menos de la mitad del nivel al que se ha comercializado durante más de una década. El fin de la rápida industrialización china, que ha sido el gran comprador de los últimos diez años, sigue enviando oleadas de inquietud y mantiene viva la percepción de que una recesión global aún es posible.
AMENAZAS La economía alemana se ha visto afectada por la crisis griega y la inestabilidad de China MODERACIÓN El consumo mantiene el incremento de la tasa anual del PIB de Europa en un 1,6%