Bromistas de Google Street View
DESDE LA RECREACIÓN DE UN ASESINATO A UN PARTO, SON MUCHAS LAS BROMAS SIMULADAS AL PASO DE LOS COCHES DE LA POPULAR PLATAFORMA DE INTERNET
En los ocho años transcurridos desde el lanzamiento de la plataforma Google Street View, los coches de la compañía han registrado también todo tipo de escenas curiosas y el servicio ha obligado a Google a librar diferentes batallas legales por sus implicaciones en materia de privacidad
Recorrer el mundo a través de la pantalla puede resultar una experiencia cada vez más real. Google lleva años volcado en ese proyecto con Google Street View, fotografiando metro a metro desde sus coches las calles de numerosas ciudades del mundo. El servicio permite hoy, incluso, visitar de forma virtual la Antárdida, las Pirámides de Guiza o el imponente Taj Mahal.
Desde su lanzamiento, en el 2007, Street View ha ido ganando resolución y añadiendo posibilidades. Al principio la calidad de las imágenes estaba lejos del más que aceptable nivel de detalle que ahora ofrece en algunos países maximizando la experiencia inmersiva. Hoy son más de cincuenta los estados –la mayoría en Europa– cuyas urbes, pueblos y carreteras se pueden visitar a través de la plataforma.
Street View, integrado desde siempre en Google Maps y Google Earth, cuenta hoy con su propia aplicación independiente para Android e iOS que quiere potenciar la vertiente colaborativa: los usuarios pueden subir las fotografías esféricas que tomen con sus smartphones. El último paso dado por la compañía ha sido introducir la posibilidad de adaptar las imágenes para que puedan ser vistas con dispositivos de realidad virtual.
Si los servicios de navegación revolucionaron el campo de la orientación transformando el modo de recibir las indicaciones para alcanzar un destino, Street View añade a estos servicios una dimensión extra que multiplica su potencial. Si, por ejemplo, un conductor quiere ver desde su casa la ruta que seguirá para llegar a un destino, puede verla al detalle previamente y saber cómo es el cruce o la salida que ha de tomar. El riesgo de confusión se reduce todavía más.
Durante los ocho años en los que se ha ido desarrollando, Street View ha sido también objeto de críticas. La ambición de Google de registrar con sus cámaras el mundo y volcarlo en su plataforma se encontró en el camino con el obstáculo de la privacidad. Y no fue una cuestión menor.
Su llegada a países como Alemania provocó que se redactase una ley expresamente para regular este tipo de servicios y que los ciudadanos pudiesen pedir que la compañía eliminase su casa del servicio. Una de las consecuencias directas fue que Google hiciese irreconocibles las matrículas de los vehículos y las caras de aquellas personas que aparecían en las imágenes, difuminándolas. Ahora, los usuarios pueden reportar errores que detecten o solicitar el desenfoque de alguna imagen en concreto.
La polémica estalló también cuando se supo que los coches de la compañía, además de tomar fotos, registraban la información de localización e identificación de todas las redes wifi que detectaban a su paso. Google tuvo que pedir disculpas y enfrentarse a diferentes batallas judiciales en numerosos países.
Pero en sus ocho años de historia, de forma paralela al continuo debate sobre sus implicaciones en materia de privacidad, está su vertiente más lúdica. Street View es una ventana abierta al mundo que permite transitar por calles y plazas de ciudades en diferentes regiones del mundo sin salir de casa. En esa ventana, hay quien ha querido introducir también algo de humor, disfrazándose o simulando diversas escenas al paso de los coches de la compañía.
Desde la recreación de un asesinato a un parto. Algunas de las imágenes se han vuelto virales en internet pero la mayoría ya no se pueden ver, pues Google actualiza periódicamente la plataforma sustituyendo las fotografías antiguas por las más recientes. Los coches de la compañía continúan, sin pausa, recorriendo el mundo.
Algunos usuarios han introducido el humor y esperan el paso del coche de Google disfrazados El servicio permite transitar carreteras y ciudades de más de cincuenta países a través de la pantalla