El PSC pacta con el PP y Unió en Tarragona
Los socialistas ceden áreas como Cultura, Turismo, Vía Pública o Contratación, pero se aseguran el apoyo a los Juegos Mediterráneos
El PSC, en minoría en el Ayuntamiento de Tarragona con nueve de los 27 concejales, ha dado un giro a la derecha con un pacto que incorpora al equipo de gobierno a los cuatro ediles del PP y al único concejal de Unió Democràtica. El alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, expuso anoche las condiciones del acuerdo ante la ejecutiva local, donde varios miembros hicieron público su malestar por esta alianza con los partidos más conservadores y en el actual momento político.
Con el pacto, que está previsto rubricar esta misma semana, el PSC cede la área de Cultura a Unió y las carteras de Turismo, Vía Pública, Deportes, la Brigada Municipal, Contratación y Protección Civil a los populares, además de la presi- dencia de dos empresas municipales: Serfumt y Aparcaments. A cambio, el gobierno municipal socialista se asegura un final de legislatura “estable” y blinda el apoyo a los Juegos Mediterráneos, un proyecto de ciudad que han cuestionado los grupos de ERC, ICV-EUiA y la CUP porque a un año y media de su celebración, no está asegurada la financiación y el calendario de las obras se ha ido retrasando.
El pacto reproduce las alianzas que posibilitó al PSC aprobar los presupuestos de este año. El PP y el único edil de Unió votaron a favor de las cuentas y desde entonces se intensificaron los rumores de la alianza. La semana pasada, en la conferencia sobre el estado de la ciudad que organiza el Col·legi de Periodistes, Ballesteros dio prácticamente por hecho el acuerdo y negó que las negociaciones del PSOE en Madrid condicionen la situación en la ciudad: “Nadie nos tiene que decir con quién pactamos aquí”, aseguró.
Sin embargo, la apuesta conservadora del alcalde ha levantado críticas en el propio PSC y en el resto de grupos de la oposición, que no ven con buenos ojos la alianza y la cesión de áreas tan estratégicas. Fueron especialmente duros ERC (con cuatro concejales) y la representante de ICV, los dos partidos que podrían haber posibilitado el acuerdo estable pero de izquierdas. “A diferencia de lo que está pasando en Barcelona, el PSC no ha querido dialogar con las izquierdas, aquí se ha primado la tranquilidad de las personas por encima de los objetivos de ciudad”, dice Pau Ricomà (ERC). Sin embargo, fuentes socialistas apuntan que las tres “líneas rojas” que plantea ERC imposibilitan el pacto. Las condiciones son que el alcalde, imputado por el caso Inipro por firmar facturas por valor de más de 200.000 euros pese a las siete advertencias de ilegalidad, haga “un paso al lado” si no es exculpado; que Tarragona no sea “ciudad enemiga del Procés” y que se fije una fecha límite y si por entonces no hay financiación para los Juegos, renunciar a ellos para no hipotecar la ciudad.
El pacto, cuestionado por el sector socialista más progresista, reproduce las alianzas con las que se aprobaron los presupuestos