Clinton recorta distancias.
Una altísima proporción de indecisos, el tropiezo de Rubio, la ofensiva de Clinton y el temporal disparan la emoción
La candidata ha reducido la ventaja que le saca su rival demócrata en las primarias, Bernie Sanders, a la espera del resultado en Nuevo Hampshire, donde ayer desayunó con su marido.
“Las apuestas iban casi cuatro a uno a favor de las Panteras y los Broncos les están pegando una paliza, así que nunca nada está decidido de antemano. Marco Rubio tuvo un mal partido, eso es todo, pero sigue siendo el mejor”, comentaba Richard Wheeler, un abogado de Manchester, supporter del senador de Florida, que se apuntó el domingo a la fiesta de la final de fútbol en el gimnasio de la Ultimate Sports Academy, en Manchester. La sorpresa en la Super Bowl ha contagiado de incertidumbre las previsiones en la campaña de las primarias de Nuevo Hampshire. De repente, todo parece posible, entre otros motivos porque la víspera de la votación los indecisos todavía constituyen una mayoría determinante y está cayendo una nevada descomunal que altera las previsiones de
LOS REPUBLICANOS Con la mitad de indecisos, John Kasich y Jeb Bush vuelven a asomar la cabeza
una participación récord. Han ocurrido cosas en las últimas horas que ponen emoción a la partida. Marco Rubio, que era la estrella emergente republicana, se estrelló –valga la redundancia– en el debate del sábado y ahora todo son burlas en las redes sociales por la imagen de repelente niño vicente que suscita el senador. Eso ha cambiado radicalmente el escenario de la batalla republicana, donde los indecisos van a tener un papel más decisivo que los votantes organizados. La frase “no sé, ya decidiré el martes” es la más repetida.
En el bando demócrata, la ofensiva de la familia Clinton está teniendo efecto. En pocos días, Hillary Clinton ha recortado a la mitad la ventaja que le sacaba Sanders. La exsecretaria no pretende dar la vuelta a las encuestas, que a estas alturas parece imposible, sino acercarse al máximo al empate en delegados, de manera que a final de mes, en Carolina del Sur, Clinton arranque su escapada definitiva. Su asignatura pendiente son los jóvenes.
“No he votado en mi vida y no sé qué voy hacer, en casa somos republicanos, pero no sé”, dice Jenny, una estudiante de educación física que aguanta un frío de siete bajo cero en la cola... ¡para ver a Bernie Sanders! Jenny es blanca y su compañero, Saunod, es afroamericano y “más bien demócrata” y tiene el coraje de hacer la cola en manga corta. “Si voy a votar, que aún no lo sé, a Hillary desde luego no”.
En Nuevo Hampshire hay tradi- ción de asistir a los mítines y ver a los candidatos de cerca, y sorprende la cantidad de gente que se empeña en escuchar a candidatos rivales. Àlex Milne, un estudiante del Instituto Tecnológico de Massachusetts, también estuvo en la fiesta de Marco Rubio, pero, con más moral que el alcoyano, piensa votar a Carly Fiorina. “Necesitamos ejecutivos con experiencia empresarial como ella”... Fiorina acabó despedida de Hewlett Packard .
Bernie Sanders hizo ayer su primer mitin en el gimnasio del Daniel Webster Comunity College de Nashua, donde Alex Richards y Brian Campbell se han graduado en Seguridad. Por sus intereses profe- sionales podría parecer que se trata de jóvenes republicanos amantes de la ley y el orden. “Aquí la mitad va a votar a Trump y la otra mitad a Sanders, pero no encontrarás a ningún estudiante que vote a Hillary. Todos sabemos que es una persona corrupta”, asevera Richards.
Desde luego, los jóvenes partidarios de Sanders son los más decididos y entre ellos, Kate Ditullio. “Sin ninguna duda votaré a Sanders”, afirmó con la seguridad que no tuvo con los frenos. Su coche se empotró contra el del corresponsal cuando éste se había detenido ante un semáforo en rojo. Afortunadamente nada grave.
En Nashua, Berni Sanders se lle- vó la enésima ovación cuando proclamaba que “el sistema político es corrupto por que son los millonarios los que financian las campañas”. El viejo senador siguió ayer con su propuesta de “revolución política” para “acabar el fraude de Wall Street”, que es una manera de hurgar en las debilidades su rival, pero sin entrar al trapo de los ataques de la familia Clinton. Porque ha sido Bill, el expresidente, quien ha bajado a la arena para denunciar “ataques sexistas y sectarios” de la gente de Sanders contra su distinguida esposa. “O estás con ellos o eres una herramienta del establishment... es lo que ocurre cuando haces la revolución, que no importan los hechos”, protestó el hombre.
La emoción ha aumentado en el campo republicano por el tropiezo de Rubio, que ha permitido renacer de sus cenizas al gobernador de Ohio, John Kasich, el más moderado y aparentemente sensato de los conservadores, que ya ha superado a Rubio en un sondeo. Y, por supuesto, Jeb Bush, el exgobernador de Florida, que está demostrando
LOS DEMÓCRATAS Hillary Clinton recorta a la mitad la ventaja de Sanders, pero le faltan jóvenes LOS TESTIMONIOS “Decidiré el martes”, es la frase más repetida de los asistentes a los mítines
una mala salud de hierro. Parece imposible que no gane Trump, pero el magnate tiene más fans apolíticos que votantes. La cuestión es que la mitad de los votantes republicanos no han decidido de manera definitiva lo que van hacer hoy hay cuatro aspirantes que pelean por la segunda plaza con unas diferencias menores que el margen de error en los sondeos. Ser segundo ahora en Nuevo Hampshire equivale mediáticamente a ganar porque todavía sueñan los republicanos del establishment y aseguran los comentaristas de referencia –sin ningún dato que lo avale– que tarde o temprano Donald Trump también se estrellará.
PARTE METEOROLÓGICO Una nevada descomunal amenaza la previsión de una participación récord