Lunes negro en las bolsas por el temor a la recesión
El parquet español se deja otro 4,4% y suma un descenso del 15% en el año La banca italiana y la alemana lideran las caídas del sector en Europa
Las bolsas mundiales vivieron ayer un lunes negro y probablemente no sea el último. El Ibex cayó un 4,4% hasta situarse en los 8.122 puntos, un 15% menos que a finales del 2015. París y Frankfurt cayeron algo más de un 3%, mientras que el castigo fue mayor en las bolsas periféricas del euro. Milán se dejó un 4,7% y Atenas cerró casi un 8% por debajo que el pasado viernes. Por la tarde, el Dow Jones perdía más del 2% cerca del cierre y el Nasdaq se iba por encima del 3%.
Esta vez, la culpa del desastre no se le puede atribuir ni a China ni al precio del crudo. El gigante asiático celebraba ayer el Año Nuevo y no abrieron las bolsas. Es verdad que el fin de semana se conoció la evolución de sus reservas, que cayeron hasta los 3,2 billones de dólares, el mínimo desde junio del 2012, tras un nuevo descenso en enero. Nada que no supieran ya los inversores. El crudo, por su parte, sufrió nuevos descensos, pero moderados.
El lunes negro tuvo tintes bancarios y una profunda desconfianza en el futuro. El temor a una recesión en buena parte del mundo, los efectos de la guerra de divisas y el impacto de los tipos de interés negativos están provocando una ola vendedora generalizada, pero que se ceba especialmente con las entidades financieras. Los bancos perdieron ayer hasta la camisa. En Europa destacaron las caídas de los griegos Eurobank (-29%) y Alpha Bank (-17%); los italianos Monte dei Paschi (-12%), Banca Popolare dell’Emilia Romagna (-11,9%) y UBI Banca (-11,5%); y los alemanes Deutsche Bank y Commerzabank (-9,5%). También cayeron los franceses, holandeses y británicos.
Y los españoles, por supuesto. El Popular lideró los descensos del Ibex (-7,3%), pero Bankia, el Sabadell, el Santander y CaixaBank descendieron más de un 6%. En los que va de año, los bancos españoles que más han caído son el Popular (30%), Ban- kia (25%) y Santander y CaixaBank (23%). “Hemos entrado en la fase del miedo, para mí exagerada, hacia todo lo que tenga que ver con el sector bancario por su exposición a las empresas energéticas y, sobre todo, por el miedo a una recesión”, comenta Ro- berto Ruiz-Scholtes, director de estrategia de UBS. Con exageración o sin ella, los soportes de las bolsas se están viniendo abajo y ahora mismo cuesta ver dónde puede estar el suelo. Desde principios de año, las pérdidas globales en las bolsas rozan los
6 billones de dólares de capitalización, cerca del 10 por ciento de su valor.
El dinero huye de todo lo que se asocia ahora mismo al riesgo y busca, con muchas dificultades, puertos seguros. El oro –como ya ocurrió en el 2008, cuando la tormenta que siguió a la quiebra de Lehman Brothers– se disparó ayer por encima de los 1.200 dólares la onza. También subieron el franco suizo y el yen, refugios para los inversores europeos y asiáticos, respectivamente. Y, por lo que se refiere a la renta fija, el dinero buscó cobijo en los bonos alemanes. La fuerte demanda subió su precio y bajó la rentabilidad del bund al 0,218 por ciento.
Obviamente, no tiene ningún sentido un retorno de poco más del 0,2% a diez años, pero en este inicio de año manda el miedo. Sólo hay miedo. La mayor de las certezas es que ha dejado de haberlas. Muy especialmente, los inversores parecen haber perdido la confianza en los banqueros centrales, que han manejado la situación durante los últimos años gracias a su dialéctica, su política monetaria ultraexpansiva y a unas medidas de estímulo que han añadido una montaña de deuda a los ya hiperendeudados estados, empresas y familias que tienen encomendados.
Si el mundo entra en los próximos trimestres en recesión, ¿qué harán? ¿Llevarán los tipos de interés oficiales al -2%, como dejaba entrever hace una semana el gobernador del Banco Central de Japón? ¿Seguirán inyec- tando liquidez al sistema y engordando sus balances hasta que exploten? En buena medida, es esta entrada en un mundo desconocido la que cotiza estos días en las bolsas. El desconcierto es absoluto porque nadie sabe ver qué hay más allá. Y el temor es que –si no han empezado a hacerlo ya– estallen en mil pedazos las burbujas de acciones, renta fija e inmobiliario que se han creado alocadamente en los últimos años en distintas partes del mundo.
El Popular ha caído un 30% en el 2016, pero Santander y CaixaBank ceden ambos un 23% Si llega una recesión, ¿cómo la afrontarán los bancos centrales con los tipos ya a cero? El oro, el franco suizo, el yen y los bonos alemanes fueron ayer el refugio del inversor