El sector duro de la CUP pide revisar el acuerdo con Junts pel Sí
Mas recuerda en RAC1 a los cuperos que el pacto firmado incluye los presupuestos
Un mes después del acuerdo de investidura y gobernabilidad entre Junts pel Sí y la CUP, la fracción más dura de los cuperos, Endavant, en la que se sitúa la diputada Anna Gabriel, pide la revisión del pacto.
Un mes después del acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP que el 10 de enero facilitó la investidura de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat y permitió el desbloqueo de la legislatura, el ala dura de la formación de la izquierda anticapitalista reclama la revisión a fondo de aquel pacto. Endavant (Organització Socialista d’Alliberament Nacional) –el colectivo con mayor peso en el control de la CUP, del que forma parte Anna Gabriel– hizo público ayer, en este sentido, un comunicado en el que lamenta que “la dinámica de los últimos meses ha abocado” al partido independentista a una “situación de debilidad” y en el que considera que ahora, sin embargo, “se dan las condiciones para revertirla”. Y en el que, “para conseguirlo”, cree necesario llevar a cabo “una revisión crítica del acuerdo de investidura y de los elementos que nos han condicionado en sentido negativo desde el 27-S”.
Un comunicado, de casi cinco páginas, suscrito por la mesa nacional de Endavant –uno de los sectores de la CUP que más frontalmente se opuso a la reelección de Artur Mas como presidente de la Generalitat–, que llega justo la semana en que la izquierda anticapitalista ha de iniciar las conversaciones con el Govern, y más concretamente con el Departament d’Economia que dirige el vicepresidente Oriol Junqueras, sobre la aprobación de los presupuestos de la Generalitat del 2016. El comunicado hace autocrítica de las negociaciones mantenidas durante más de tres meses con Junts pel Sí, y en especial del desenlace de su fase decisiva, y del contenido del acuerdo de investidura finalmente alcanzado y apuesta por corregir todos los aspectos que, a su entender, han trasladado a la opinión pública “la versión de que la CUP ha acabado cediendo y renegando de sus compromisos electorales”. El comunicado llega, además, después de que otro de los integrantes de la CUP que también rechazó de plano a Artur Mas, Corrent Roig, haya decidido, el fin de semana, abandonar la formación justamente en desacuerdo por el pacto con Junts pel Sí.
“Si hacer un seguimiento acrítico de este acuerdo condujera a la CUP a avalar recortes o privatizaciones en nombre del proceso, o a asumir la defensa de un Govern gesticulador ante el estado pero incapaz de asumir compromisos políticos y sociales con la clase trabajadora y el resto de clases populares, la CUP dejaría de ser útil como una herramienta política y organizativa al servicio de éstas y de la independencia”, sostiene Endavant, que propone la “revisión crítica” del pacto a partir de la dinámica de actuación en el Parlament. Esta dinámica pasaría, por ejemplo, por “considerar papel mojado todas las cláusulas del acuerdo, impuestas bajo chantaje, que explícitamente están destinadas a humillar a la CUP y a crear un relato que permita maquillar el paso al lado que ha hecho Artur Mas” o por “asegurar por activa y por pasiva que nunca la CUP favorecerá, por voto favorable o abstención, medidas antisociales, destructoras del territorio o encubridoras de la corrupción”.
Y también plantea que “la CUP ha de decir alto y claro que tiene la llave para asegurar el ejercicio efectivo de la autodeterminación y que en el momento en que considere que los pasos hacia la independencia son en realidad caminar en círculos para perpetuar el procesismo hará caer al Govern” y que, “ante la absorción de buena parte del soberanismo por CDC, deberá pro- mover movilizaciones ante cualquier política dilacionista, procesista y regresiva con los derechos sociales de nuestro pueblo”. Una tarjeta de visita que es probable que condicione la reunión que Carles Puigdemont tiene previsto mantener mañana, dentro de su ronda de contactos con los partidos presentes en el Parlament, precisamente con la representación de la CUP.
Y mientras Endavant cuestionaba el pacto con Junts pel Sí, el anterior presidente de la Generalitat, Artur Mas, lo esgrimía como garantía de la obligación de la CUP de aprobar los presupuestos de la Generalitat del 2016. Lo hizo en una entrevista en RAC1, en la que recordó que el acuerdo comprendía garantizar la estabilidad del Govern en todos los campos, incluido el de la aprobación de las cuentas. “No sólo los presupuestos, pero también, es evidente”, recalcó, de manera que “si en esta votación el Govern quedara en minoría, sin estabilidad parlamentaria, es evidente que el acuerdo no se habría cumplido”. Algo que, no obstante, reconoció que hasta ahora no se había producido. La misma tesis la defendió también la dirección de CDC, en una reunión de su secretariado permanente, en cuyo nombre la portavoz del partido, Marta Pascal, avisó que “la CUP se comprometió a una estabilidad parlamentaria y los presupuestos forman parte de la estabilidad”.
Endavant habla de “considerar papel mojado” cláusulas del pacto e incluso de “hacer caer al Govern”