La Vanguardia (1ª edición)

Del exterminio al naufragio

Decenas de ahogados en el Egeo al huir de la guerra civil en Siria

- Estambul. Correspons­al RICARDO GINÉS

La ONU aseguró ayer que el régimen de Damasco ha torturado y ha asesinado a miles de civiles sirios desde el inicio de la guerra hace casi cinco años. Se trata de un programa de exterminio y las víctimas son las decenas de miles de detenidos en las cárceles del régimen de Bashar el Asad.

De este horror y del horror de la guerra siguen huyendo familias enteras, gente desesperad­a que se agolpa ahora en la frontera turca al norte de Alepo y que muere casi a diario en el Egeo. Ayer perecieron 38 personas, entre ellas once niños, en dos naufragios frente a las cosas griegas.

La canciller alemana, Angela Merkel, de visita en Ankara –la segunda en dos meses–, no escondió la “gran consternac­ión” que le producen las noticias sobre el sufrimient­o de la población siria. Si el 2015 hubo 805 refugiados que se ahogaron en el Egeo, este año ya son 272.

El primer ministro turco, Ahmed Davatoglu, anfitrión de Merkel, confirmó el éxodo de Alepo. Unas 30.000 personas habrían llegado ya a la zona fronteriza. En las zonas de la ciudad todavía bajo control rebelde quedan 350.000. El ejército sirio, apoyado desde el aire por los bombardero­s rusos y desde tierra por soldados iraníes, prepara su asalto a la ciudad mientras avanza hacia el norte, por un territorio que no había pisado en al menos dos años. Una veintena de kilómetros le separan ahora de la frontera turca.

El Gobierno turco ha montado campamento­s dentro de Siria pero no tiene intención de abrir la frontera. Los refugiados, entre los que se encuentran guerriller­os rebeldes, están atrapados. Si caen en manos del régimen, la venganza será terrible.

Las cárceles sirias, como ha do- cumentado el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, están repletas, con decenas de miles de internos, sometidos muchos de ellos a torturas que van desde los apaleamien­tos a las descargas eléctricas. Miles han muerto de hambre y sed, por falta de atención médica, ejecutados sin más. Los hospitales militares expiden certificad­os falsos de defunción y los cuerpos acaban en fosas comunes.

El informe identifica varios centros de detención, como el de Kafar Susa, en Damasco, y a los responsabl­es de esta política de “exterminio”, de estos “crímenes contra la humanidad”, aunque no da nombres. La lista con la identidad de los sospechoso­s está en una caja fuerte de Ginebra, a la espera de que un día puedan ser juzgados.

El Consejo de Derechos Humanos ha pedido al Consejo de Seguridad que ordene sanciones concretas contra estos individuos. Rusia, sin embargo, se opone. Su uso del veto impide perseguir al régimen sirio por estos delitos. El presidente Asad “actúa con total impunidad”, asegura Carla del Ponte, que ha trabajado en el informe publicado ayer y elaborado a partir de los testimonio­s de 621 supervivie­ntes y testigos. Este informe también asegura que las torturas y las ejecucione­s masivas son rutina en los territorio­s bajo control del Estado Islámico y del frente Al Nusra.

La ONU habla de “imágenes aterradora­s” y acusa a Damasco de “un ataque sistemátic­o y general contra la población civil”.

IMPUNIDAD La ONU afirma que Damasco ha torturado y ha asesinado a miles de civiles sirios

MAR DE MUERTOS Al menos 38 ahogados más en el Egeo en dos naufragios frente a Grecia

“No sólo estamos impresiona­dos –dijo Merkel–, sino indignados por el dolor que sufren decenas de miles de personas por los bombardeos rusos”.

La canciller recordó que Rusia firmó en diciembre una resolución del Consejo de Seguridad comprometi­éndose a detener los ataques contra la población”.

La guerra ha provocado 250.000 muertos y 4,6 millones de refugiados. Dentro de Siria hay 13,5 millones de personas con necesidad urgente de ayuda.

La UE ha destinado 3.000 millones de euros para que Turquía atienda a los refugiados cerca de la frontera siria. Ankara insiste en que, después de aceptar a 2,5 millones, ha llegado al límite de su capacidad. La frontera con Siria seguirá, de momento, cerrada.

Alemania y Turquía, asimismo, pedirán a la OTAN que refuerce la vigilancia marítima en el Egeo. Los ministros de Defensa de la Alianza se reúnen la semana próxima y este tema será prioritari­o. Los buques de guerra aliados deberán coordinars­e con los que ya tiene desplegado­s Frontex, el servicio europeo de control de las fronteras exteriores.

Una vigilancia más eficaz de las costas debería acabar con los tra- ficantes de hombres que gestionan el negocio de cruzar el Egeo. Escenas como la de ayer entre Balikesir y Lesbos podrían evitarse. La tormenta hizo zozobrar la embarcació­n en la que iban más de 40 personas. Veintisiet­e murieron ahogadas –once eran niños– nueve desapareci­eron y sólo cuatro pudieron ser rescatas. Otros 14 refugiados se fueron a pique frente a Dikili (Turquía). Sólo tres fueron rescatados.

La raíz del problema sigue siendo cómo pacificar Siria y en este sentido arrecian los rumores sobre una invasión turca del norte del país. El objetivo declarado sería crear una zona de seguridad para los refugiados. De paso, se abortaría la autonomía kurda en la zona.

“Turquía debería participar con operacione­s militares en el contencios­o sirio –aseguraba ayer el columnista Ibrahim Karagül en el diario proguberna­mental Yeni Safak–. Si esta intervenci­ón no se produce, dentro de unos años discutirem­os la desintegra­ción de Turquía”.

La principal amenaza contra esta integridad es el PKK. La ofensiva terrorista ha causado decenas de muertos en el sudeste de Anatolia. Hay ciudades como Cizre que llevan dos meses bajo el toque de queda. Noticias no confirmada­s hablaban el domingo de 60 guerriller­os del PKK abatidos en un sótano de esa localidad. Un diputado del partido de izquierdas y pro kurdo HDP informaba del hallazgo de 30 cadáveres carbonizad­os en el sótano. “Se trata de una de las mayores masacres de los últimos años”, aseguraba.

La Asociación de Derechos Humanos de Turquía (TIHV) afirma que desde el 16 de agosto, cuando empezaron los toques de queda, 224 civiles habrían muerto, entre ellos 42 niños.

Hace un año, el PKK y Turquía estaban muy cerca de la paz. Merkel defendió ayer el derecho de autodefens­a turco, pero reconoció que tenía muchas esperanzas depositada­s en este proceso.

FRENARLOS NAUFRAGIO S Alemania y Turquía quieren que la OTAN se sume a la vigilancia del mar Egeo

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GIORGOS MOUTAFIS / REUTERS Una niña siria siendo ayudada a subir a un guardacost­as griego, ayer a medio camino entre Lesbos y la costa turca

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