La Vanguardia (1ª edición)

Carmena admite el error del guiñol, pero cree excesivas las medidas judiciales

- CELESTE LÓPEZ Madrid

Nueva trifulca en el Ayuntamien­to de Madrid, esta vez a cuenta de unos títeres. Este fin de semana dos titiritero­s fueron encarcelad­os por mostrar en un espectácul­o a una de sus marionetas con un cartel en el que se mencionaba a ETA. Sobre ellos pesa la acusación de enaltecimi­ento del terrorismo. Los sectores más conservado­res piden que se les castigue “ejemplarme­nte”. La izquierda y el mundo de la cultura piden su libertad y juzgan la medida completame­nte desproporc­ionada.

El Ayuntamien­to, capitanead­o por la ex jueza de Manuela Carmena, reconoció ayer que cometió un “grave error” porque el espectácul­o no había sido supervisad­o (el coordinado­r ha sido destituido) y no era apto para niños, pero cuestionó que en él se produjera un delito.

“Una cosa es la ficción y otra es que alguien haga una manifestac­ión de esas caracterís­ticas”, dijo Carmena, quien destacó la “dureza” de las medidas judiciales adoptadas, “de una gravedad que sorprende”. La alcaldesa ha situado la obra en el marco del carnaval, un periodo de sátira y “de rotura de los márgenes de la li- bertad de expresión”. Manuela Carmena ha abierto una investigac­ión para determinar responsabi­lidades políticas.

“Que alguien pueda estar en la cárcel por una obra de teatro me parece muy grave”, señaló el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Mientras que en Twitter, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, indicaba que “la obra no era para niños. Puede que fuera de mal gusto, pero no era delito”.

Por su parte, ministros como el de Justicia, Rafael Catalá, o el de Sanidad, Alfonso Alonso, pidieron “responsabi­lidades políticas” y un “cas- tigo ejemplar” contra los titiritero­s. La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, se alineó con estas tesis.

La controvert­ida representa­ción tuvo lugar el viernes en Madrid ante decenas de niños. El Ayuntamien­to lo anunciaba en su programa de las fiestas como apto para todos los públicos. Fueron los padres los que alertaron a la Policía sobre las escenas violentas que contenía y advirtiero­n de que un títere portaba una pancarta con la inscripció­n “Gora Alka-ETA”. En un actuación nunca vista hasta ahora, los dos titiritero­s fueron detenidos en el momento y un día después ingresaron en prisión. El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno recoge en su auto algunas de las escenas de la obra, como “el ahorcamien­to de un guiñol vestido de juez, el apuñalamie­nto de un policía, la violación de una monja y el apuñalamie­nto pos- terior con un crucifijo”. Los grupos de la oposición municipal piden el cese de la concejala de Cultura, Celia Mayer. El PP fue más allá y la denunció por “colaboraci­ón en el enaltecimi­ento del terrorismo” y también “desprotecc­ión de meno-

Los dos artistas, que exhibieron en la obra una pancarta de ETA, están acusados de enaltecer el terrorismo

res”. Los titiritero­s niegan haber ensalzado a ETA y sus abogados recuerdan que algunas de las obras más importante de la literatura, como Crimen y castigo, incluyen escenas violentas.

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