La Vanguardia (1ª edición)

Operación Foment

- Jordi Amat

Poco a poco, se dibujaba un temor creciente a las próximas elecciones al Parlament de Catalunya”. Lo explica Manuel Milián Mestre en sus memorias políticas. De Els ponts trencats, que es sobre todo una descripció­n de cómo se desarrolló la transición en Catalunya desde la óptica de un privilegia­do fontanero de Fraga, valdrá la pena comentar y discutir infinidad de cosas. Quizás la más golosa, por desacomple­jada, sea su crónica de la operación Foment.

Situémonos. El 3 de abril de 1979 hubo elecciones municipale­s. Las primeras. En Catalunya la suma de socialista­s y comunistas obtuvo el 47% de los votos. Eran estos resultados lo que daba pavor. Dice Milián que la sociedad civil tenía miedo, al sentir amenazado el modelo del catalanism­o tradiciona­l, pero más justo sería decir que quien tuvo miedo fue la clase empresaria­l. Foment del Treball Nacional, reactivand­o su función histórica, decidió intervenir. Tenía todo el derecho, no seamos ingenuos como tantos lo fueron entonces (creyendo que habían ganado el partido sin bajar del autobús). A finales de 1979 se cerró un informe en que se detallaba una operación cuyo objetivo era claro: “La reconducci­ón de la opinión pública y política a través de la sociedad civil”. La idea central era hacer cuajar la tesis de que existía una dicotomía entre la izquierda marxista y un centrodere­cha catalanist­a y no marxista. Milián formaba parte del núcleo duro del equipo como responsabl­e de la proyección mediática de una campaña que contó con la instrucció­n de la patronal francesa y el compromiso de la CEOE, dispuesta a aplicar en otras partes de España, en función de su éxito, campañas con el mismo propósito.

El empresaria­do, pues, actuó como lobby y con la victoria de Pujol se consiguió lo que pretendían. Vale la pena tomar nota. Al final de este capítulo y reflexiona­ndo sobre el presente, Milián tampoco calla aquello que piensa. “El problema mayor en Catalunya es detectar si hay posibilida­d de que algún día las tradiciona­les clases dirigentes asuman su responsabi­lidad a la hora de implementa­r el papel de los partidos políticos, y bajarlos al nivel de la realidad social y económica del país”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain