Santi Vila e Íñigo Méndez proponen abrir una negociación “discreta” sobre Sigena
El conseller de Cultura, Santi Vila, se reunió ayer con el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, en la sede del ministerio, en Madrid. En el encuentro, que Vila calificó como “formal, correcta, cordial y de inicio de legislatura”, se trató, entre otros temas, del conflicto patrimonial sobre las pinturas y otros bienes artísticos del monasterio de Sigena. Según el conseller, “el ministerio, la Generalitat y el Gobierno de Aragón hemos empezado a poner sobre la mesa algunas soluciones que, en los próximos tiempos, necesitarán un trabajo interno y discreto”. Existe la voluntad por parte de las tres administraciones de encontrar una solución política, más allá de la vía jurídica.
También hablaron de los papeles del Archivo de Salamanca que según la Generalitat todavía están pendientes de retorno y que venden a representar un 5% del total reivindicado. Se trata sobre todo de papeles relacionados con 43 municipios catalanes. Vila ha añadido que para posibilitar el retorno de esta documentación “hay voluntad, por parte del Estado, de aplicar una modificación legislativa que lo permita y confío que lo podremos rematar en las próximas semanas.”
En el encuentro, que se ha alargado más de una hora, también se ha tratado el papel del Estado en aquellas instituciones catalanas en que tiene participación, como por ejemplo el Museu Nacional d’ Art de Catalunya (MNAC), el Gran Teatre del Liceu o el Palau de la Música Catalana. Santi Vila ha recordado que el Gobierno español tiene que cumplir sus compromisos presupuestarios en estos equipamientos después de la reducción que se ha producido en los últimos años. El conseller ha asegurado que para la Generalitat “uno de los museos que tiene que ser más relevante y que tenemos que proyectar con más fuerza es el MNAC, que por su valor patrimonial está en condiciones de hacerlo, y nadie entiende que no esté el compromiso suficiente”. También han coincidido en la necesidad de revisar el funcionamiento del Museu Arqueològic de Tarragona y evitar la sensación de dejadez actual.
Para Vila, sin embargo, “el peor enemigo que tenemos es la situación de impasse del Gobierno del Estado, que no está en condiciones de tomar decisiones demasiado trascendentes”.