La Vanguardia (1ª edición)

Caída en barrena

Un Espanyol grotesco cae goleado ante la Real y se queda al límite del descenso

- RAMÓN ÁLVAREZ Cornellà de Llobregat

Peor imposible. Cuando más necesitado de puntos estaba, el Espanyol firmó uno de sus peores partidos para caer de forma vergonzosa ante una Real Sociedad que en ocho minutos ya había marcado dos goles para sonrojar a la defensa inédita que presentó Galca y a un Arla que salió a coger uvas en las primeras acciones que protagoniz­ó ante su afición. El desastre se completó en el inicio del segundo tiempo con otros dos goles del equipo visitante y al final del partido, con el quinto y último. Eusebio vino a Cornellà a guardar la ropa tras la goleada que recibió en su última visita –ante el Sporting– y se encontró con la mejor bienvenida.

Anoche, ni el equipo estuvo a la altura trasladand­o a Cornellà la desidia con la que salió del Bernabeu, ni lo estuvo Galca experiment­ando con hasta tres novedades en su once en el momento más inoportuno, ni lo está el club, que ha dejado escapar a su director deportivo, no le ha buscado un relevo y carece de directivos con experienci­a y perfil deportivo para reaccionar con criterio a una situación que empieza a ser muy preocupant­e. Porque, después de lo que se vio anoche en Cornellà no resulta tan preocupant­e que la zona de descenso esté a un punto como que no se atisbe una solución para que el Espanyol no vuelva a hacer el ridículo como ayer. La Real se dio un festín ante un equipo que no mereció tal nombre y ante una grada que abucheó y clamó como nunca contra los suyos y acabó celebrando los pases correctos del rival. El esperpento comenzó con la alineación de Ciani, Fuentes y Víctor Álvarez en el once inicial en lo que se antojó un homenaje de Galca a los peores momentos del Espanyol de su antecesor, siguió con su apuesta, erre que erre, por ubicar a Arla bajo palos y acabó con su sustitució­n por Pau tras el descanso. Una broma de no ser que el Espanyol jugaba ya por la salvación, como le va a tocar seguir haciéndolo hasta final de Liga. Menos mal que había dejado dicho Galca

que la de ayer era ya una final. La sorpresa defensiva que preparó Galca hizo aguas en la primera acción ofensiva de la Real. Un globo de Vela sobre los centrales habilitaba a Jonathas para plantarse ante un Arla mal posicionad­o y superarlo con una vaselina. El ex del Elche no necesitaba mucho para volver a ser la bestia negra del Espanyol. Era sólo el inicio, ya que apenas tres minutos después Rubén Pardo aprovechab­a el abismo que separaba a Ciani y Fuentes pa- ra meter un balón a Vela, que volvía a batir de vaselina al lituano. Dos acciones ridículas que hicieron que la grada condenase a Arla, a Ciani y a Fuentes, las bazas de Galca para el partido de ayer.

Corría el minuto 8 y el partido estaba sentenciad­o, porque el Espanyol no es que fuese incapaz de reaccionar, sino que fue aún a peor. Careció de alma y aún tuvo suerte de no encajar más goles en esos primeros 45 minutos, en los que no llegó a disparar a puerta. De hecho, no llegó a hacerlo hasta el minuto 68 de juego, ya con el 0-4 en el marcador.

Porque la Real, sin hacer nada, volvió a encontrars­e tras la reanudació­n con otros dos regalos que supo convertir en goles. El primero, gracias a una pared de Oyarzabal con Rubén Pardo que remató el propio canterano ante la pasividad de la defensa local. La herida la hizó mayor Diego Reyes al rematar de cabeza un córner para dejar más en ridículo si a esas alturas era aún posible a la zaga blanquiazu­l.

Sin capacidad de reacción, Galca movió el banquillo para deshacer el entuerto que había cometido, sentando no sólo a Arla, sino a Fuentes y dando entrada a Burgui. Fue en vano, ya que el daño estaba hecho y el equipo tampoco mejoró en actitud. Es más, acabó encajando el quinto, también de Jonathas. En un club normal, el rumano no llegaría al partido de la próxima jornada, en Mestalla. En el Espanyol todo es posible.

Arla, Ciani y Fuentes, tres de las apuestas de ayer de Galca, acabaron abucheados por su afición

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Gerard Moreno muerde la camiseta mientras Marco Asensio mira hacia el suelo antes de sacar de centro tras un gol de la Real Sociedad
ÀLEX GARCIA Gerard Moreno muerde la camiseta mientras Marco Asensio mira hacia el suelo antes de sacar de centro tras un gol de la Real Sociedad

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