El fin de los petrodólares
Riad saca a bolsa la petrolera Aramco para diversificar su economía
Arabia Saudí quiere poner fin a la dependencia del petróleo y ha puesto en marcha un programa para desarrollar otros sectores, con el objetivo de que el país sea capaz de vivir en el futuro sin los recursos que en su economía inyecta el oro negro.
Arabia Saudí quiere poner fin a la llamada maldición del petróleo. El príncipe saudí Mohammed bin Salman anunció ayer el plan económico más ambicioso desde la fundación del reino en 1932. En palabras del heredero saudí –que tiene 30 años– , “tenemos una adicción al crudo, es peligroso, ya que ha retrasado el desarrollo de otros sectores”. Su objetivo es que para el año 2020 el país sea capaz de vivir sin el oro negro. Ha trazado una hoja de ruta, bautizada Vision 2030.
La piedra angular de este proyecto es la venta de hasta un 5% de la petrolera estatal Aramco, que así saldrá a bolsa. Para que se tenga una idea, la empresa saudí gestiona unas reservas estimadas de 260.000 millones de barriles, diez veces más que las de Exxon, la quinta firma global por capitalización bursátil. Su valoración se sitúa en 2 billones de dólares. El príncipe Salman explicó que “incluso sacando el 1% del capital esto supondría la mayor salida a bolsa del mundo”.
Con estos recursos Arabia Saudí podrá dotar de liquidez necesaria a un fondo soberano, que tendrá un capital de 1,777 billones de euros y que será, de lejos, el mayor del planeta, más del doble del tamaño del fondo soberano noruego. “Este fondo controlará más del 10% de la capacidad inversora del mundo”, dijo Salman.
El reto para Riad es de gran magnitud. Pretende que el 30% de la fuerza laboral sea femenina, pero las mujeres en el país no pueden ni conducir. Aspira a que el sector privado sea el 65% de la economía, pero en la actualidad el 70% de los ingresos proceden de la energía y dos de cada tres trabajadores son funcionarios públicos. Una de las opciones de diversificación pasa por desarrollar el sector minero de oro, plata y uranio (Arabia Saudí atesora el 6% de las reservas mundiales).
La economía saudí vive una situación delicada. El crecimiento este año será del 1,2% en contra del 3,4% del año anterior. La caída de los precios del petróleo les ha pasado factura. Preocupa el déficit, que se sitúa en la actualidad en el 13% del PIB. Para el equilibrio presupuestario, se precisa un barril en los 66 dólares y en la actualidad ronda los 40. El FMI advirtió que en menos de cinco años el país puede quedarse sin cash.
Arabia Saudí está preparando una emisión de bonos, la primera desde 1991, por unos 8.800 millones de euros. Los ciudadanos, acostumbrados a las subvenciones estatales, han tenido que sufrir recorte de ayudas en los suministros. Pronto se introducirán impuestos indirectos y se ha planteado un impuesto sobre los bienes de lujo y bebidas azucaradas.
“Pasar de una economía basada en el crudo a algo diferente es muy difícil. Los saudíes llevan décadas hablando de ello y apenas han hecho progresos”, apuntaba a Bloomberg el profesor de la Universidad de Tejas, Gregory Gause. “Lanzar un fondo soberano es una de las posibles soluciones. Ante el descenso del petróleo tenían que buscar alternativas. Yo creo que el modelo para Arabia Saudí podía ser el de Malasia, que desde hace tiempo ha impulsado las finanzas islámicas como eje de su crecimiento”, opina a este diario la economista Najia Lotfi, presidenta del Ceief, Centro de Estudios e Investigación en Economía y Finanzas Islámicas.
El príncipe heredero quiere que dentro de cuatro años el país sea capaz de vivir sin petróleo