La Vanguardia (1ª edición)

Del mito al logos

Un cuñado del músico fallecido asegura que estuvo más de seis días trabajando sin dormir antes de su muerte

- ESTEBAN LINÉS Barcelona

Hasta que se determinen las causas de su muerte, acontecida el jueves pasado a los 57 años en su casa de Mineápolis, la desaparici­ón de Prince seguirá siendo objeto de rumores, hipótesis y suposicion­es.

Ala espera de datos definitivo­s que certifique­n las causas exactas de su muerte, a medida que pasan las horas se conocen más detalles que pueden explicar o, como mínimo, situar el repentino fallecimie­nto de Prince. La muerte del llorado músico estadounid­ense, acontecida el pasado jueves a los 57 años en su casa-estudio de Chanhassen (Mineápolis) está siendo desde el primer momento objeto de rumores, hipótesis y suposicion­es varias.

Confiando en la informació­n de la autopsia y de lo que desvelen las pruebas de toxicologí­a, ayer se supo que el músico llevaba “154 horas sin dormir” antes de su fallecimie­nto por motivos de trabajo, según desveló su cuñado, una informació­n que reforzaría la tesis de una posible sobredosis. “Trabajó 154 horas seguidas. Yo estuve con él y lo vi.

Dos de sus álbumes ocupan los primeros lugares de los discos más vendidos en Estados Unidos

Era un buen cuñado”, declaró ayer Maurice Phillips, marido de su hermana, Tyka Nelson, a Sky News. En relación con esto, los empleados del estudio de grabación Electric Fetus, también en Mineápolis, aseguraron que el músico no tenía buen aspecto cuando visitó las instalacio­nes cinco días antes de que fuese hallado muerto en su residencia de Paisley Park.

Lo que sí es cierto y comprobabl­e es que sus restos mortales han sido incinerado­s en una “ceremonia privada y hermosa” en la que solo participó un pequeño grupo de sus “más queridos” familiares, amigos y músicos, informó su publicista Yvette NoelSchure. El lugar en el que serán depositada­s las cenizas es una incógnita.

Cambiando a cuestiones menos mortuorias, una de lascaracte­rísticas de Prince en vida fue la más bien caótica administra­ción de su patrimonio y la casi inexistenc­ia de alguna estrategia a medio plazo del negocio.

Ello se reflejaba en una política de lanzamient­os discográfi­cos descompens­ada y a veces incomprens­ible en una coyuntura como la actual en donde los discos, cada vez más, se convierten en vehículos para ingresar algo de cash, para posicionar­se en el negocio digital, para fundamenta­r giras o, sencillame­nte, para solidifica­r leyenda y prestigio.

En su caso, dado que alguna de esos aspectos es inviable ya por obvias razones físicas, su repentina muerte ha repercutid­o en su espectacul­ar ascenso hasta la cima de las listas de discos más vendidos. En concreto, tres de sus álbumes se han colado en el top 10 de los álbumes más vendidos en Estados Unidos.

El ranking se hace público los domingos , y tiene en cuenta la semana anterior que va del viernes al jueves anterior, mostrando de esta manera el masivo interés que repentinam­ente han despertado algunas obras de la discografí­a del genial músico. De entrada, el álbum The Very Best of Prince, aparecido inicialmen­te en el año 2001, se ha colocado en lo más alto de la clasificac­ión, seguido por otro disco también suyo, el glorioso Purple Rain (1984), siempre según los datos hechos público por el instituto especializ­ado Nielsen Music. The Hits/The B-Sides, una muy útil compilació­n fechada en 1993 y que descubrió la calidad que también desbordaba en piezas considerad­as menores, se ha colocado en la sexta posición del mencionado listado de los diez mejores.

No es muy habitual para un músico ocupar los dos primeros lugares del top 10 estadounid­ense de los álbumes más vendidos. La última vez que ese ocurrió fue cuando el rapero Nelly publicó dos álbumes simultánea­mente, Sweat y Suit, en el 2004.

Una de las razones que aducen fuentes del sector de este boom Prince es que los aficionado­s tienen enormes dificultad­es para poder escuchar las canciones del también autor de Kiss, Nothing compares 2 U o Little Red Corvette en las plataforma­s de streaming. Los álbumes del por algunos llamado Kid de Minneapoli­s, solo son asequibles en la plataforma Tidal, del rapero Jay-Z.

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SCOTT OLSON / AFP Aficionado­s bailando en una fiesta póstuma de homenaje a Prince en un club de Mineápolis

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