Renzi alerta a Austria de los riesgos de bloquear la frontera italiana
El líder italiano ve los resultados electorales en Viena como “señal de alarma”
La crisis de los inmigrantes y refugiados podría trasladarse pronto del Mediterráneo a los Alpes, con el peligro de dividir y debilitar aún más a la Unión Europea. Con este problema de fondo deben interpretarse las advertencias, ayer, del primer ministro italiano, Matteo Renzi, tras la victoria del candidato de la extrema derecha en la primera vuelta de las presidenciales austriacas y ante los planes de Viena de restringir los movimientos en el paso fronterizo del Brennero, donde ya ha habido manifestaciones e incidentes en los últimos días.
Los avisos de Renzi se produjeron en una fecha muy simbólica para Italia. Ayer, fiesta nacional, se celebraba el 71.º aniversario de la liberación del nazifascismo (con este concepto sintetizan los italianos su compleja historia). En una entrevista en el diario La Repubblica, el jefe del Gobierno italiano insistió en que los números reales de la llegada de refugiados e inmigrantes “no son tan dramáticos como algunos quieren hacer creer”, pues siguen la tendencia de los últimos dos años, aunque la percepción pública sí es distinta. Sobre el desenlace electoral en Austria, Renzi comentó: “Cierto, es una señal de alarma. Respeto las decisiones del pueblo austriaco, pero estoy convencido de que acatarán las decisiones tomadas por la UE”.
A la educada advertencia de Renzi siguió un aviso bastante más serio cuando se le preguntó por las medidas restrictivas que prepara Austria en el Brennero. “Sería un problema para Europa –subrayó Renzi–. Un paso atrás para los valores del tratado de Schengen, un daño enorme para los valores europeos y para la economía de nuestro dos países”.
En el Brennero hubo incidentes el pasado domingo a raíz de la manifestación de activistas contrarios a los controles y al levantamiento de unas vallas. Un italiano, Gianmarco De Pieri, llegado desde Bolonia, fue detenido temporalmente por la policía austriaca y luego declaró que le habían lanzado duras admoniciones verbales. La tensión es evidente, también entre los dos gobiernos, y podría aumentar.
Quien sí se alegró del triunfo de Norbert Hofer en Austria fue el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, que defiende idénticos postulados y pretende arrastrar en la misma dirección a todo el centroderecha italiano, si bien Silvio Berlusconi, hasta ahora, se está resistiendo a seguirle el juego.
Este año, por el ambiente político, las posiciones de Salvini y la proximidad de las elecciones municipales, el aniversario de la liberación ha sido más delicado. Renzi no dudó en decir que “el antifascismo es el elemento constitutivo e irrenunciable de nuestra sociedad”, y que “está bien tener siempre alta la guardia”. Sus palabras iban dirigidas, indirectamente, a Salvini, que en Roma apoya la candidatura a alcaldesa de Giorgia Meloni, líder de un partido heredero del posfascista Movimiento Social Italiano.
El presidente de la República, Sergio Mattarella, realizó la tradicional ofrenda floral en el Altar de la Patria, en Roma, y luego voló a Varallo Sesia, entre Turín y Milán, una de las primeras zonas liberadas por la resistencia italiana, en junio de 1944. Según Mattarella, “siempre es tiempo de resistencia” porque en Europa o cerca de ella sigue habiendo guerras, tiranías y crisis humanitarias. “No puede haber paz para algunos y miseria, hambre y guerra para otros”, alertó el presidente.
Italia reacciona al reto austriaco y al propio populismo el día que celebra la liberación del nazifascismo