La policía egipcia toma El Cairo e impide nuevas manifestaciones
Oposición laica e islamistas convocaron una gran protesta contra Al Sisi
El régimen egipcio desplegó ayer su fuerza represiva, con miles de agentes en las calles, decenas de detenciones preventivas y el cierre del centro de El Cairo, para cortar de raíz las manifestaciones convocadas contra el Gobierno de Abdul Fatah al Sisi tras su polémica cesión de dos islas del mar Rojo a Arabia Saudí.
El presidente militar había salido la noche del domingo en televisión para advertir de que “fuerzas del mal” estaban conspirando para desestabilizar a Egipto pero afirmó que no iban a lograr su propósito.
La entrega al reino saudí de las islas de Tiran y Sanafir sacó a la calle a miles de manifestantes el pasado 15 de abril al grito de “Abajo el régimen militar” –el lema de las protestas que acabaron con Mubarak en el 2011–, en las protestas más virulentas que ha vivido Egipto desde que el general Al Sisi tomó el poder en el 2014 tras un golpe contra el presidente islamista Mohamed Morsi.
Ayer, fiesta nacional en Egipto al conmemorarse la retirada israelí de la península del Sinaí en 1982, la debilitada oposición egipcia había convocado una nueva jornada de movilización, a la que también se había sumado el movimiento islamista de los Hermanos Musulmanes, declarado grupo terrorista. Las protestas desafiaban una ley que prohíbe las reuniones de más de diez personas y que ha servido a Al Sisi para encarcelar a todos los disidentes, islamistas o laicos.
El régimen reaccionó con contundencia para evitar que la protesta creciera. El ministro del Interior, Magdi Abdel Gafar, advirtió que no habría ninguna misericordia con “cualquier intento de desestabilizar la seguridad nacional”.
Miles de agentes fueron desplegados por El Cairo y las principales ciudades del país, mientras que la Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales, una organización prodemocrática, denunció que un centenar de personas
Criticado por ceder dos islas a Arabia Saudí, el presidente dice que “fuerzas del mal” conspiran contra Egipto
habían sido detenidas de forma preventiva en ocho regiones. Grupos de jóvenes fueron arrestados en cafeterías o en sus casas.
Aviones de combate y helicópteros sobrevolaban El Cairo. La policía disparó gases lacrimógenos y perdigones para dispersar a los manifestantes que se congregaron en barrios de El Cairo o su periferia como Doki, Imbaba o Guiza, mientras que las fuerzas de seguridad sellaron el acceso al centro de la ciudad, a la mítica plaza Tahrir y otros escenarios de la revuelta del 2011. Los sindicatos de Médicos y de Periodistas, donde también se habían convocado protestas, amanecieron rodeados de agentes, que pedían la identificación a los peatones que se acercaban a la zona antes de obligarles a dar media vuelta.
El Gobierno egipcio argumenta que las islas de Tiran y Sanafir, situadas en el estratégico golfo de Aqaba, pertenecen a Arabia Saudí, que sólo las puso bajo la tutela de Egipto en 1950 porque temía que Israel fuera a atacarlas. El anuncio de la devolución se produjo durante la reciente visita a El Cairo del rey saudí Salman, mientras el reino anunciaba un paquete millonario de ayuda e inversiones a Egipto, por lo que los detractores aseguran que en realidad las islas han sido vendidas.