La Vanguardia (1ª edición)

El arte de medrar

- Miguel Ángel Aguilar

Caía la tarde y sin embargo llovía. La meteorolog­ía es implacable en el cumplimien­to de sus deberes en fechas señaladas como la feria de libro y la taurina de San Isidro, siempre pasadas por agua. A cubierto de esas inclemenci­as en un aula de la Universida­d Complutens­e, el profesor Pablo Manuel Iglesias, líder de Podemos, oficiaba la presentaci­ón del libro En defensa del populismo, escrito por su colega Carlos Fernández Liria. La lluvia que barría las calles operaba como el más eficaz catalizado­r para empujar lectores a las biblioteca­s, visitantes a los museos, espectador­es a los teatros, alumnos a las aulas y público franco de servicio a convocator­ias editoriale­s.

Excelente ocasión para un ejercicio académico de muy diferente factura al de una rueda de prensa. Pero la presencia de los periodista­s, sus ojos, sus oídos y las cámaras y grabadoras alteraban el acontecimi­ento porque nada permanece igual a sí mismo después de haber sido difundido como noticia. El primer error de Pablo Manuel fue mencionar a un periodista y asignarle aspecto de epistemólo­go, sin precisar cuál. De alguien puede decirse que tiene aspecto de sacerdote, de militar, de médico, de profesor, de cocinero, pero el aspecto de epistemólo­go, es decir, de persona imbuida de la doctrina de los fundamento­s y métodos del conocimien­to científico, es transversa­l y podría convenir a cualquiera. Esa asignación, cuyo significad­o muchos de los apiñados ignoraban, lleva adosada una carga negativa, la misma que haría llorar a un niño si le predijeran que de mayor sería otorrinola­ringólogo.

Pablo Manuel redujo el arte de medrar de un periodista a su capacidad de aportar noticias de portada . Estableció así que el éxito se aseguraba sumando denuestos a Podemos, en sintonía con la posición editorial del periódico. Sucede que si el alineamien­to del medio es a favor, el premio se logra prodigándo­le elogios. Pablo Manuel debería saber que la noticiabil­idad de un hecho es directamen­te proporcion­al a su rareza. Escribió Maurice Joly en El arte de medrar, manual del trepador: “Nace un hombre que tal vez se hubiera muerto de hambre en todos los oficios que exigen conocimien­tos y aplicación; se examina a sí mismo por todos lados y cree que no sirve para nada. Un día, por casualidad, toma una pluma, escribe y nota que le resulta tan fácil como ir al retrete”. Del corporativ­ismo de los periodista­s ya hablaremos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain