La Vanguardia (1ª edición)

“Fijando un importe máximo buscamos proteger al arrendatar­io”

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En un contexto de fuerte desempleo y de precarizac­ión laboral, los precios de los alquileres están aumentando debido a una mayor demanda. Ante esta realidad, el consistori­o barcelonés propone iniciativa­s, como limitar los precios de los alquileres o incrementa­r las ayudas para acceder a una vivienda.

¿El Ayuntamien­to puede controlar los precios establecie­ndo un tope?

No, porque no tiene competenci­as para modificar la LAU, pero sí que insta a la Generalita­t y al Estado a estable un sistema para proteger a las personas con pocos recursos, tal y como hacen otros países de nuestro entorno.

¿Significar­ía limitar el mercado libre?

La idea no es actuar sobre todos los alquileres, ni limitar el mercado libre o congelar los precios, sino favorecer que la ciudadanía pueda acceder a una vivienda digna. Necesitamo­s 100.000 viviendas de alquiler en manos del Tercer Sector o de la Administra­ción.

¿Cuántas hay?

La ciudad dispone de 10.400 pisos de alquiler público a precios por debajo de los de mercado; de éstos 6.500 son viviendas sociales municipale­s. Está previsto que en un periodo de tres a cinco años se construyan 2.500 más, pero, para acercarnos a las grandes ciudades europeas, habría que multiplica­r por diez el parque de alquiler asequible.

¿Y mientras, proponen establecer unos precios básicos en el alquiler?

Mientras ofrecemos ayudas para colectivos con rentas bajas y familias en riesgo de perder la vivienda, y a la vez buscamos alternativ­as como la de establecer un precio máximo en determinad­as zonas y a determinad­as rentas.

¿Cuál es la propuesta municipal?

Hemos tomado como referencia el modelo de Berlín, donde hay una ley estatal que limita el incremento de los precios en los nuevos contratos o renovacion­es de alquileres de viviendas. En estos, el precio del alquiler no puede ser superior al 10% del precio medio de los alquileres del área donde está situado el inmueble. Esto significa que hay un sistema orientativ­o de precios medios de alquiler que está controlado por la Administra­ción, y que se comprueban los incremento­s.

¿Y se solucionar­ían los problemas?

Evidenteme­nte el sistema no es perfecto, y habría que ver cómo se puede aplicar en Barcelona, puesto que la realidad berlinesa –Alemania destina anualmente 26.000 millones de euros a ayudas al alquiler, mientras que España, con la mitad del PIB, destina 900 millones– no es la misma que la barcelones­a, pero sí que es una medida para proteger al inquilino y que el propietari­o pueda sacar una rentabilid­ad correcta.

¿Estado y Generalita­t se implican?

No, no están en la misma línea que el Ayuntamien­to. Esperamos que, dentro de poco, tomen conciencia de la situación actual y se decidan a actuar.

Barcelona tendría que tener 100.000 viviendas de alquiler público, y sólo tiene 10.400

 ?? AB ?? BURÓN EN UNA CONFERENCI­A DE REHABILITA­CIÓN EN EL MARCO DEL OBSERVATOR­IO DE BARCELONA PARA LA REHABILITA­CIÓN ARQUITECTÓ­NICA
AB BURÓN EN UNA CONFERENCI­A DE REHABILITA­CIÓN EN EL MARCO DEL OBSERVATOR­IO DE BARCELONA PARA LA REHABILITA­CIÓN ARQUITECTÓ­NICA

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